Anclados

Solían gustarme mucho los barcos, siempre llamó mi atención cómo un objeto que proporcionalmente pequeño, como el ancla, puede detener algo tan grande y pesado como un barco.

“Un ancla es un elemento muy pesado que se fija a una cadena y que se arroja al agua desde una embarcación para que entierre en el fondo y así el barco no se mueva… esta permite que la nave permanezca quieta más allá de las corrientes.”[1]

En la literatura griega, el ancla es considerada un símbolo de esperanza, dice la Biblia que tenemos en Cristo un ancla segura, Hebreos 6:17-19 RVR1960: “Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo”.

La esperanza no es una mera expectativa de algo que está por venir, sino una confianza profunda y arraigada en nuestros corazones de algo concreto; la esperanza de gloria es Cristo en nosotros (Col. 1:27), Él es la esperanza de la vida eterna (Tit. 1:2).

El autor de Hebreos pone de ejemplo a Abraham, este recibió no solo una promesa (Gn. 15:4-5), sino que le fue dado también juramento (Gn. 22:16-18), para darle una doble seguridad a él y a nosotros de ser parte de esa promesa, pues somos el verdadero Israel, siendo Jesucristo la cimiente bendita, el gran sumo sacerdote, que vino a esta tierra como parte del cumplimiento de la promesa.  Su muerte, su resurrección y posterior ascensión e intercesión por nosotros delante del Padre, son la base de la esperanza del cristiano, proporcionándonos certeza, convicción, seguridad y esperanza en Él.

Por eso nos aferramos a la esperanza que está delante, y así como Abraham esperó con paciencia el cumplimiento de esa promesa, estamos llamados a perseverar, a no perder nunca esa esperanza ni la confianza en la promesa de Dios. Nuestros anhelos se pueden cumplir o no, pero nuestra esperanza de salvación en Jesús no se puede acabar

La esperanza, siendo una virtud del carácter del cristiano (1 Co. 13:13), en este y en todo tiempo debe mantenernos anclados en Jesús, muy firme, porque hay vientos recios que quieren traer desesperanza e incertidumbre a nuestras vidas, recibimos y leemos noticias tristes y angustiosas, estamos plagados de mensajes en las redes, de comentarios pesimistas y nuestro barco se tambalea. Sin embargo, bien dice un proverbio inglés atribuido a Franklin D. Roosevelt cuya traducción me permito usar “un mar sereno nunca hizo experto a un marinero” (a smooth sea never made a skilled sailor)[2]. Tendremos que aprender a lidiar con las tormentas y recordar que las pruebas son necesarias para tener entereza de carácter y poder permanecer firmes en la fe en quien hemos creído (Ro. 5: 2-5).

El cristiano que carece de esperanza no está anclado, pero el Señor nos recuerda que nuestro barco, nuestra alma, tiene un ancla segura en Cristo, que nuestra esperanza no está sustentada en un trabajo, una persona, un gobierno o en nosotros mismos, sino en el Salvador del mundo. Como dice Efesios 2:12 (RV1960) “En aquel tiempo estabais sin Cristo… sin esperanza y sin Dios en el mundo”.  A diferencia de quienes están sin Cristo nosotros tenemos una esperanza de salvación y vida eterna, por eso me anclo día a día en Él, en las promesas dadas en su palabra y en el refugio de su presencia.

¿Dónde está tu ancla?, ¿en quién está tu esperanza?

Mayra Quiñones Herrera

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG

21 comentarios en “Anclados”

  1. Carlos Osorio Berrio

    Que invitacion más oportuna iniciado la semana que meditar sobre qué: Cristo es el Ancla de nuestra Alama, El es nuestra esperanza solida y siempre oportuna !!!
    Gracias Mayra por esta reflexión, Dios te bendiga!

  2. Amén. Qué sería de nosotros sin esa bendita esperanza. Por Cristo estamos atribulados pero NUNCA derrotados por qué El es nuestra victoria. Gracias Mayra!

  3. Solo en Cristo tenemos Esperanza que gran aliento en medio de estos tiempos. Gracias Dios por sostener mi vida ante cualquier tempestad sin ti no puedo.
    Gracias May.

  4. Un mar sereno nunca hizo experto a un marinero, El Señor es definitivamente la esperanza de nuestra alma, la calma de nuestros días y nuestro mayor consuelo. Dios te bendiga amiga.

  5. Oh sí nuestras barcas son estremecidas día a día pero anclado en Jesucristo no naufragaremos El es fiel y cumple sus promesas que nunca nos dejará. Dios que ESPERANZA

  6. Sonia Marcela Neira meza

    Gracias Dios por tu palabra que nos recuerda, que tener nuestra vida anclada en el señor, nos trae descanso aun en medio de las tormentas.
    Gracias Mayra Dtb.

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