Siempre me ha gustado la historia de Gedeón, se encuentra en la Biblia en el libro de Jueces. Llama mi atención ver la debilidad, la incredulidad con un toque de exigencia de Gedeón, muchas veces me he visto reflejada allí.
Dice el capítulo 6 de Jueces que el pueblo de Israel hizo lo malo a los ojos de Dios, entonces fueron entregados en manos de los madianitas, un pueblo cruel que los acosaba. Los madianitas destruían sus cosechas, se llevaban el ganado y los dejaban sin comer. Con ese panorama Gedeón se sentía temeroso, como nos hemos podido sentir nosotros ahora con el SARS-CoV-2.

Sin embargo, en el versículo 12 el Ángel le dice a Gedeón “¡Guerrero valiente, el Señor está contigo!” (NTV). Si Gedeón hubiera nacido en la costa caribe colombiana, su reclamo bien hubiera podido ser este: “¡Qué guerrero ni qué nada!, ¡¿qué va a estar el Señor conmigo?!, ¿entonces por qué nos está pasando todo esto?” (vs. 13).
A veces llegan circunstancias que nos ponen en una situación similar a la que vivió Gedeón, donde era tanta la desgracia que veía que dudó de las palabra del Ángel. Parece que hubiera sentido como una burla cuando el Señor le dice que vaya con sus fuerzas y rescate a Israel, el Gedeón costeño hubiera dicho: ¡¿yoooo?! ¡¿cuáles fuerzas?!
Gedeón se sentía poca cosa para llevar a cabo semejante misión, “Pero, Señor —respondió Gedeón—, ¿cómo podré yo rescatar a Israel? ¡Mi clan es el más débil de toda la tribu de Manasés, y yo soy el de menor importancia en mi familia! El Señor le dijo: —Yo estaré contigo, y destruirás a los madianitas como si estuvieras luchando contra un solo hombre” (Jue. 6:15-16 NTV). No olvidemos que con lo que somos y tenemos, en manos de Dios es suficiente para enfrentar cualquier obstáculo.
Me produce un curioso descanso observar la incredulidad exigente que tuvo Gedeón. Continuando la lectura del capítulo 6 de Jueces, vemos que, muy a pesar de que es el mismísimo Señor quien le dice “Yo estaré contigo” Gedeón pide una señal: “Si de verdad cuento con tu favor respondió Gedeón, muéstrame una señal para asegurarme de que es realmente el Señor quien habla conmigo” (Jue. 6:17 NTV). Y no conforme con eso, en los versículos 36-40 vuelve y pide señal a su manera ¡dos veces! Como si hubiera caído en cuenta de que se estaba pasando de la raya, hasta le dice a Dios: “Por favor no te enojes conmigo” (vs. 39).
Con todo, el Señor en su sabia y divina voluntad hace tal cual como Gedeón se lo pidió. Esta historia me enseña que tenemos un Dios paciente ante nuestra incredulidad, que su intención es que le creamos a lo que nos dice en su Palabra aunque nuestros ojos no puedan verlo.

El Señor hubiese podido decir a Gedeón: “Hombre incrédulo, ¿cómo te atreves a dudar de lo que te estoy diciendo?, escogeré a otro que verdaderamente crea en mí”. Al contrario, Dios le tuvo paciencia, y en su trato particular con él hizo que Gedeón desarrollara fe en su Palabra.
No es un llamado ahora a pedir señales a Dios, sino a reconocer nuestra falta de fe y clamar al Señor por su perdón y su ayuda. Tenemos un Padre que verdaderamente nos entiende en toda debilidad, que conoce lo más íntimo de nuestro corazón y está dispuesto siempre a ayudarnos a cumplir Su propósito.
“Estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva” (Flp. 1:6 NTV).
Judith Benedetti González
Equipo Devocionales Diarios ICCCTG
Grande es Dios que llama a sus hijos y los va transformando con su palabra en cada circunstancia , Gracias Judith.
Que didáctica palabra, me identifico !, y elntoque humorístico de Judith, genial.
Gracias Señornpor tu paciencia para con migo, y por tu gran amor al fijarte en mi, apesar de mi debilidad e incredulidad.
Gravias Judith, gran palabra y muy edificante
Padre bueno, gracias por tu amor y tu paciencia con nosotros
Excelente reflexión mi querida Judy.
Bendito sea el señor que nos ama incondicionalmente, que no tiene en cuenta nuestras rebeliones y que nos muestra su amor, fidelidad y misericordia siempre
Gracias judith.
Edificante palabra me conmovió, pues muchas veces he actuado con mis fuerzas y me he debilitado, pero que bueno es saber que cuento con un Padre que renueva esas fuerzas y pelea mis batallas.
Gracias querida Judy.
Bendiciones
Gloria al Señor que perdona nuestra incredulidad y soporta nuestra necedad, gracias por tu paciencia y misericordia Dios. Gracias Judi, he disfrutado mucho esta reflexión.
Que lindo devo Judi, muy edificante, El Señor nos ayude a poner nuestras debilidades y pequeñeces en sus manos poderosas para su Gloria. Bendiciones
El Gedeón “cojteño”!! Excelente enfoque Judy, me lo disfruté mucho porque se siente más cercano a nuestras reacciones. Buena palabra. Un abrazo.
Bueno hermanos gracia a Dios que inspira a su pueblo para a través de cada devocional nos enseña a conocerle más.
Gracias Judy por tu reflexión, inspirada por nuestro Padre.
Muy buena reflexión judit la disfrute muchísimo, y me identifiqué mucho con ese personaje en estos momentos. Gloria al señor que nos ayuda y nos ve con ojos de amor.
Amén. Dios ayuda que mi Fe no falte. Sólo tu puedes darme la fortaleza y perdonar mi incredulidad.
Gracias Judith. Dios te bendiga