Bajo el microscopio

Cuando era niña, recuerdo unos pequeños instrumentos de forma aproximadamente piramidal que solían venderse a las afueras de los circos o de las ferias artesanales, eran visores de fotos.  En su parte estrecha tenían adaptada una lupa y en la base, una tapa plástica que podía abrirse para colocar una foto diminuta en el fondo.  Me maravillaba cómo las imágenes aumentaban de tamaño al mirarlas a través de la lupa, en especial cuando jugábamos a sacar la fotografía e introducir hormigas en la recámara, nos sorprendía ver ¡hasta los pelos en sus patas! Y si la hormiga se acercaba a la lente ¡era escalofriante y divertido a la vez!

Las lupas son microscopios simples, según el portal Mundo Microscopio, hacia el final del siglo XVI, “Zacharias Janssen […] fabricó el primer microscopio compuesto […] Aproximadamente durante estas mismas fechas Galileo Galilei también fabricó un microscopio, […] todavía hoy se debate entre los historiadores quién fue el verdadero inventor”.  Dice el mismo sitio que el microscopio “se puede definir como un instrumento que permite observar en un tamaño aumentado elementos que son imperceptibles a simple vista. <<La palabra microscopio proviene de la combinación de dos palabras griegas: micrós (pequeño) y scopéo (mirar)>>[1]

Observar cosas pequeñas a gran tamaño nos permite ver detalles que de otra forma pasaríamos por alto.  Lo que vemos bajo el microscopio puede resultar interesante, abrumadoramente hermoso o estremecedoramente terrorífico.  La clave está en aquello que es imperceptible a simple vista.

 

Uno de mis pasajes favoritos que comparto con frecuencia se encuentra en Deuteronomio 8, el versículo 2  expresa: “Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos” (RVR1960). Dios no necesita microscopio alguno para ver lo que hay en nuestro corazón, él lo sabe todo; somos nosotros quienes necesitamos ser afligidos y probados para que lo que hay en nuestros corazones sea revelado, como bajo el microscopio, a nuestros ojos.  Es entonces cuando los “pequeños detalles” de nuestro carácter, aquellos que solemos disculpar llamándoles “equivocaciones” se ven como lo que realmente son, pecado.

Sólo entonces podemos ver el pecado como tal, lo que era imperceptible a simple vista, esto es, en condiciones agradables y cómodas, se manifiesta bajo el fuego de la prueba y la aflicción, el microscopio con el que Dios nos muestra nuestro horrible pecado, que tal vez hemos tolerado por años, que quizá minimizamos comparándonos con otros que, a nuestra simple vista, “lo hacen peor”, acallando también así nuestra conciencia.

Habiendo Dios exhibido la maldad del corazón que no podíamos ver, acuña el Señor la siguiente frase: “si habías de guardar o no sus mandamientos”.  Ante la evidencia irrefutable de que hemos pecado, tenemos dos caminos ante nosotros, arrepentirnos y obedecer o endurecer nuestros corazones y seguir adelante con el pecado a cuestas acarreando males.

“Por eso el Espíritu Santo dice: «Cuando oigan hoy su voz, no endurezcan el corazón como lo hicieron los israelitas cuando se rebelaron, aquel día que me pusieron a prueba en el desierto. Allí sus antepasados me tentaron y pusieron a prueba mi paciencia a pesar de haber visto mis milagros durante cuarenta años. Por eso, estuve enojado con ellos y dije: “Su corazón siempre se aleja de mí. Rehúsan hacer lo que les digo”. Así que en mi enojo juré:  “Ellos nunca entrarán en mi lugar de descanso”»” (He. 3:7-11 NTV).  

Cuando el microscopio de Dios exponga nuestro pecado, hagamos caso a su Palabra, sólo así habrá descanso para nuestras almas.

Marysol Cecilia Rodríguez Zuleta

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG

25 comentarios en “Bajo el microscopio”

  1. Buenísima esa comparación y muy real, Dios siempre tiene propósitos aún para las pruebas y aflicciones. Dios nos revele cada día aquello que está mal en nosotros y nos aleja de Él, gracias Marysol, bendiciones.

  2. Carlos Osorio Berrio

    Gran ilustración!, oh Señor permíteme ser corregido por tu amor y buscar el arrepentimiento genuino para volverme a ti y encontrar el verdadero reposo.
    Gracias Mary por esa palabra!

  3. Gracias Dios por tu maravillosa palabra. Ella nos refleja cuán lejos o cuán cerca podemos estar de ti. A ti nada te podemos esconder, tu lo ves todo.

    Gracias Mary

  4. Nellys Marina Rodríguez Zuleta

    Gracias, Padre Celestial, porque en tu microscopio, pones el lente de la sangre de Cristo para mirarme… Gracias por Esta edificante palabra, Chol

  5. Y en mi necedad le digo a Dios: Señor te hubieses inventado una forma menos dura que la aflicción y me dice que esa es la forma que nos hace caminar

  6. Señor necesitamos exponernos más a tu palabra para que ella nos revele lo que hay en nuestro corazón, haznos humildes para no pretender pasar de gachas y líbranos de los pecados que nos son ocultos. Gracias Mary

  7. Esta reflexión me hace recordar que mi caminar, mi actuar, está bajo el microscopio de mi creador; para que ande en su temor.
    Gracias Mary. Bendiciones

  8. Bajo la lupa del todopoderoso estamos expuestos , Dios dame siempre la consciencia del arrepentimiento y permitime ver mi pecado para pedir perdon y no volverlo hacerm

  9. Nancy Esther Rodríguez Zuleta

    Dios que tu microscopio puesto sobre mi corazón revele el punto exacto dónde trabajarás en mi vida. Excelente reflexión Sol, recuerdo esos “telescopios” con los que jugabamos

Responder a Marysol Rodríguez Zuleta Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *