¿Alguna vez has escuchado decir que preferimos buscar los beneficios que da el Señor, que buscar al Señor de los beneficios? Meditando en esto me preguntaba: ¿cuántas veces he orado al Señor buscando una bendición, un milagro, una señal, su perdón y muchas cosas más? Y, ¿cuántas veces voy a Su presencia sólo para contemplarlo, para adorarlo, para bendecirlo sin esperar nada? Lamentablemente son más las veces que buscamos al Señor por sus beneficios que para establecer una profunda relación con Él.
El Salmo 27:4 (NVI) dice: “Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y recrearme en su templo”. David deseaba una sola cosa más que cualquier otra y era comunión con Dios, entablar una real y verdadera relación con Él, tanto que una de sus prioridades al empezar su reinado fue traer el arca del pacto a su ciudad, quería tener la presencia de Dios cerca.

En ese entonces, el tabernáculo era el lugar donde habitaba la presencia manifiesta de Dios, era el sitio del encuentro con Él. Mas ahora tenemos una entrada segura al trono de la gracia por la obra de Cristo, quien nos reconcilió con el Padre y quitó el velo que nos separaba, para así poder acceder a Su presencia sin intermediarios. Hoy tenemos la oportunidad de ir en oración a la presencia de Dios siempre que queramos.
La demanda de David iba acompañada de determinación, como expresa el salmo, la perseguía. No se rindió al primer intento, sino que lo volvió a hacer hasta conseguirlo, no a su manera sino a la de Dios. Así que, si queremos conocer a Dios debemos determinarnos a buscarle e ir a su trono, nadie lo hará por nosotros.
La razón de ser de esta búsqueda implacable es Su contemplación; contemplar es: “Ocuparse con intensidad en pensar en Dios y considerar sus atributos divinos o los misterios de la religión.[1]” La intensidad con la que buscamos a Dios va a revelarnos el verdadero interés que tenemos por su persona, por adquirir conocimiento de Él. “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor” (Flp. 3:8 RVR1960).
Debemos tener clara nuestra motivación a la hora de buscar al Señor. Puede que actuemos como los nueve leprosos que sólo deseaban ser curados, Jesús sanó a diez hombres enfermos pero sólo uno volvió para agradecerle y glorificarle, los demás se fueron sin contemplar al que los sanó. O quizás seamos como la multitud que quería ser alimentada y una vez saciados se iban sin adorar al Señor que hace los milagros. O tal vez como Judas, que procuró sacar provecho del ministerio de Jesús hasta llegar al punto de traicionarlo.

Preguntémonos qué buscamos cuando vamos a la presencia del Señor. ¿Será que sólo queremos aquello que nos pueda ofrecer y una vez lo obtenemos nos olvidamos de Él hasta la siguiente necesidad? ¿O será que verdaderamente queremos conocerle, contemplarlo y tener una relación con Él?
El Señor desea que le adoremos, le conozcamos y disfrutemos una verdadera comunión con Él. Que tengamos una relación no de Creador a creación, sino de Padre a hijos (Jn. 17:21) siempre ha sido parte de Su propósito para con nosotros. Analicemos nuestras oraciones, examinemos qué buscamos cuando vamos a Su presencia, si deseamos sus manos o todo su ser.
Que nuestro anhelo sea conocerle como somos conocidos de Él.
Mayra Quiñones Herrera
Equipo Devocionales Diarios ICCCTG
Que confontante , en estos tiempos hay muchas necesidades , pero Dios esta buscando adorafores en espiritu y en verdad , los hijos de Dios fueron hechos para adorar al padre.
Así es Jhon… Bendiciones
Amén
Cada día nos son reveladas nuevas cosas de tu intimidad. Que bendición tener un Dios como Tu. Gracia Señor.
Gracias Mayra.
Bendiciones hna Lilia
Amén. Que mi deseo sea buscar esa intimidad con Dios, el éxito de toda relación es la comunión, el querer estar con esa persona, el estar pendiente por lo que gusta y eso es lo que espera Dios de sus hijos. Dios te bendiga May. Gracias.
Así es Bibi, que nuestro anhelo sea estar cerca de El… Bendiciones
Aceves las necesidades nos llevan a la presencia de Dios, pero que nuestra motivación al buscarlo sea por encima de todo El y no lo que nos puede dar. Gracias May
Bendiciones Tati.
Bueno Dios que nos conoce más que nosotros a nosotros mismos sabe que al hombre pecador restaurado desafortunadamente lo tiene que atraer hacia él por medio de las necesidades que se convierten en peticiones que nos llevan a buscarle pero en cada uno de nosotros debe haber el deseo de deleitarnos en su presencia a pesar de la pedidera
Jejeje así es Judi, Dios quiere que llevemos nuestras peticiones a El, pero que lo más importante sea su persona no sus beneficios. Saludo Judi
En las escrituras, la vida cristiana no es una vida religiosa; sin embargo, en estos tiempos de pragmatismo religioso y egocentrismos espirituales, vivir un relación con Dios real y aceptable parece cada ves mas esquiva. una vida piadosa y que goza con la presencia cercana del Señor en muchos cristianos dejo de ser una realidad, para convertirse un acto eventual, o a lo sumo un mero misticismo emocional transitorio.
Ayúdame señor a vivir junto a ti, en la plenitud de Cristo
Gracias May
Bendiciones Pastor
Gracias papito por qué nos deseas como tus hijitos, ayúdanos a corresponder a ese gran amor y honrarte, reverenciarte siempre