Cambio de Dieta

Hace años, cuando mi madre fue clasificada como diabética, el diagnóstico obligó a un cambio no sólo en la dieta alimenticia de ella sino en la de toda la familia porque a partir de allí hemos considerado que “se siente muy feo ver comer a otros lo que yo no puedo comer”.  Entonces, por ejemplo, si para celebrar un cumpleaños compramos un tarro de helado, llevamos otro de la línea dietética apto para diabéticos para que ella también pueda disfrutar un helado con nosotros.  Si por cualquier motivo no podemos hacer ese tipo de arreglo, preferimos no comer helado porque la idea es cuidarla y que sus niveles de azúcar no rebasen los límites.

En general, cuando debemos hacer reajustes en nuestra dieta, es un asunto que requiere disciplina, constancia y apoyo de las personas que nos aman para lograr el objetivo propuesto con el nuevo plan alimentario.

La salida del pueblo de Israel de Egipto representó un cambio extremo en muchos sentidos: pasaron de esclavitud a libertad, de vivir en casas a vivir en carpas, de trabajos forzados a caminar diariamente en el desierto.  Quizá el cambio más drástico fue en la dieta alimenticia, por cuarenta años “no comieron pan ni bebieron vino ni ninguna bebida fermentada” (Dt. 29:6a TLA). Pasaron de consumir, entre otras cosas, pescado, pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos (Nm. 11:5 RV1960), a beber sólo agua, comer maná y eventualmente codornices.

Realmente en el desierto no había condiciones para cultivar trigo ni uvas, pero dejar de ingerir por cuarenta años algo a lo que uno estaba acostumbrado es una disciplina tremenda; sin embargo, si lo pensamos bien, ellos no dejaron de comer ni de beber, sólo que ahora comían y bebían de acuerdo con la provisión de Dios, una dieta más simple.  Él tenía un propósito: “Esto lo hice para que supieran que yo soy el Señor su Dios” (Dt. 29:6b TLA). A pesar de las protestas, el Señor nunca abandonó la intención original de que su pueblo le conociera de verdad y aprendiera a depender de Él.

Esta época que estamos viviendo en medio del COVID-19 ha representado en muchos sentidos un cambio de dieta para cada uno de nosotros.  Valdría la pena analizar qué consumíamos, espiritualmente hablando, antes del “desierto”.  ¿De qué nos estábamos alimentando? ¿Qué cosas dejábamos entrar a nuestra vida? ¿Qué licencias nos permitíamos? ¿A dónde nos estaba llevando ese régimen alimenticio?

Evidentemente, el Señor ha decidido simplificar la dieta.  No ha dejado de proveernos, no nos ha faltado comida ni bebida, pero ahora, es en la intimidad de nuestras habitaciones donde se ve el resultado final porque las apariencias ya no importan, ya no necesitamos impresionar a nadie con nuestra espiritualidad; es ahí donde hemos estado aprendiendo a conocer más al Señor y a depender totalmente de Él.

La Biblia dice en Hebreos 12:11 que “es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” (RV1960); por lo tanto, podemos esperar que al final de este cambio de dieta hayamos aprendido lo que el Señor quiere que aprendamos sobre Él y nuestra relación con Él.

Cabe entonces un análisis personal ¿Qué modificaciones ha hecho el Señor en tu régimen espiritual? Mejor todavía ¿Se está notando el cambio en tu vida, en tu relación con Dios? ¿Se está cumpliendo el objetivo del cambio de dieta?

Nancy Esther Rodríguez Zuleta

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG

18 comentarios en “Cambio de Dieta”

  1. Los cambios de circunstancias y disciplinas para los hijos de Dios trae cambios espirituales que traen frutos de justicia y transformacion , Gloria a nuetro rey que nos trae su provision en medio del desierto.

  2. Ayúdame Dios a poder hacer un análisis de esa dieta espiritual, y permite los ajustes necesarios para que al final de la jornada poder cumplir con los objetivos que tú demandas padre celestial.
    Gracias Nancy

  3. Marysol Cecilia Rodríguez Zuleta

    El Señor es nuestro mejor nutricionista, sabe lo que debemos dejar de lado y lo que debemos incorporar en nuestra dieta. Gracias Nan!!!

  4. Confrontante esta reflexión, me recordó a la historia de Daniel, su cambio de dieta se le notó. Que podamos alimentarnos diariamente de su palabra para poder reflejar a Cristo en nuestro estilo de vida. Gracias Nancy!

  5. Está dieta me recuerda que solo debo depender de Dios, solo así sabré que no le hace bien a mi templo.
    Gracias Sra. Nancy. Besos para Ángela. Bendiciones.

  6. Bueno excelente mensaje para cuando nos sometemos a un cambio ya sea de alimentos o de hábitos y claro que este aislamiento el Señor nos cambió la dieta para bien porque todo lo que viene de él es bueno agradable y perfecto

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