Desde que estoy en el proceso de embarazo he experimentado muchos cambios en mi cuerpo, y las explosiones de hormonas hacen que mis emociones algunos días sean un poco exageradas. Hay días en los que me invade la preocupación sin razón alguna, por la salud del bebe y la mía, veo noticias y me agobio hasta tal punto que me dan ganas de llorar (de por sí, soy llorona, ahora embarazada más). Cuando mi esposo conversa conmigo, me recuerda que estoy sensible, diciéndome que no veo las cosas como son en realidad, me pide cariñosamente que lo deje “ser mis ojos” y empieza a darme palabras que me calman, oramos y todo el panorama va cambiando poco a poco.

Los cambios hormonales van acorde a la naturaleza y nos preparan como mujeres para cuidar a nuestros hijos[1], pero no quiere decir que las emociones generadas por esos cambios deban escalar hasta tal punto que les permitamos hacernos ciegos ante la realidad, llevándonos a perder el control y por último a pecar.
Es común hoy en día que se cuestione sobre la naturaleza del pecado: ¿nacemos o nos hacemos pecadores? La relevancia de esta duda radica en que muchas personas creen que porque desde pequeños tenemos ciertos comportamientos pecaminosos estos son justificables con la excusa de: “yo nací así”. Y efectivamente sí, nacemos en pecado; inclusive desde el vientre ya somos pecadores (Sal. 51:5) y dice la Palabra también que no hay ni uno solo bueno, ni siquiera los recién nacidos (Ro. 3:10).
[1] Catherine Scheraldi de Nuñez y Miguel Nuñez, 2018, Revolución sexual: Una exposición y un análisis médico, página 152.
Así como yo siento ciertas emociones que son naturales, pero que si dejo que me dominen puede llevarme a pecar, así también tenemos pasiones que a pesar de que están internalizadas en nuestra naturaleza no quiere decir que está bien practicarlas fuera del diseño de Dios. Por eso la Biblia habla de la naturaleza del viejo hombre y del nuevo hombre. Nos enfatiza que debemos morir a ese viejo hombre (Ef. 4:22), y esto solo lo lograremos renovando nuestro entendimiento (Ef. 4:23), tomando control sobre nuestras emociones (Ef. 4:24) y resistiendo al maligno (Ef. 4:27) y todas las corrientes que él, como príncipe de este mundo, quiere vendernos.

Jesús le dijo a Nicodemo: “el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios […] Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Jn. 3:3,6 RVR1960). Sin embargo, si no cambiamos nuestra cosmovisión, y empezamos a ver la vida con los ojos de Cristo, seguiremos entristeciendo al Espíritu del cual ya hemos nacido. Teniendo quizá nuestros ojos espirituales tan empañados que nos puede ocurrir lo que dice en Isaías 5:20-21: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo! […] ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!” (RVR1960).
A veces intentamos buscar ayudas para apaciguar los efectos del pecado y nos apoyamos en otras fuentes u otras personas no piadosas ni maduras en la fe, pero la palabra de Dios nos recuerda: “¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?” (Lc. 6:39 RVR1960). Si queremos santificarnos, no hay mejor fuente de santidad que el único Santo, Santo, Santo, que nos santifica mediante su Palabra (Lv. 11:45).
Pidámosle al Señor que nos quite toda ceguera que nos impida ver la vida conforme a su diseño, para que nuestros pensamientos sean renovados y podamos ver la vida CON SUS OJOS.
Lina Zea Navarro
Equipo Devocionales Diarios ICCCTG
Muy excelente!!
Oh sí, que podamos ver lo que el Señor quiere que veamos. Gracias Lina por compartir.
Gracias querida Lina por tu excelente reflexión.
Dios nos ayude a mirar nuestra vida y sus maravillas con sus ojos.
Bendiciones
Espiritu santo de Dios, redargullenos de pecado y llevanos al verdadero arrepentimiento. Excelente Lina. Bendiciones.
Amén
Grande oh Dios , permitenos ver tu realidad para estar confiados en tu soberania y en tu voluntad.
Señor ayúdanos a mirar con tus ojos lo que tú nos quieres mostrar de la vida . Gracias Lina
Dios nos guíe a ver cada situación a través de la Luz de su Palabra. Bendiciones Lina y Joshua
Amén. Que podamos ver las misericordias de Dios que son nuevas cada mañana y ante cualquier situación siempre ir en busca de esa fuente que nos redarguye.
Gracias Lina. Bendiciones
Mirar con los ojos de Jesús tiene dos efectos uno que esos ojos descubre el pecado y dos nos hace ser mejores personas