Dios responde

Cuando estaba embarazada de mi hijo Emanuel, me encontraba laborando con una cadena de supermercados. El trabajo era enriquecedor pero muy demandante, semanalmente debía hacer recorrido por los diez puntos de venta para revisar algunos requisitos de calidad.  Recuerdo que me preguntaba cómo sería mi vida de madre si seguía laborando en esta empresa porque, aunque tenía unos jefes geniales y me gustaba lo que hacía, definitivamente no iba a poder tener tiempo para mi hijo.  Así que empecé a orar al Señor para que me proveyera un empleo en donde además de desarrollarme profesionalmente pudiera tener tiempo para Emanuel.

Mi mente no lograba imaginar qué pudiera hacer o cómo pudiera desempeñarme en mi carrera sin tener que cumplir un horario laboral.  Para la gloria de Dios y a pesar de mis dudas, Dios contestó mi oración. De esta situación aprendí que Dios siempre responde las oraciones que se alinean al propósito que Él tiene para nosotros.

El Señor Jesús, hablando a sus discípulos, dijo: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.  Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Mt. 14:14 RVR1960).  Cabe preguntar, ¿qué es pedir en el nombre de Jesús?  Agustín de Hipona dijo alguna vez “no pide en nombre del Salvador, el que no pide cosas conducentes a la salvación”. [1]

Orar en el nombre de Jesús es orar de acuerdo con la voluntad de Dios.[2] “Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” (1 Jn. 5:14-15 RVR1960). Orar en el nombre de Jesús es también pedir por las cosas que honrarán y glorificarán a Jesucristo.

Jesús no solo se presenta como aquel en cuyo nombre es dirigida la oración, sino que Él mismo dice YO LO HARÉ, y la razón de eso es “para que el Padre sea glorificado en el Hijo”.  Aquello que hemos estado pidiendo ¿glorifica al Señor?, ¿va en procura de nuestro crecimiento espiritual?, ¿está alineado con los propósitos que Dios tiene para nuestras vidas?, ¿tiene concordancia con la palabra recibida y con lo que Dios nos ha dicho que quiere hacer en nuestra familia?

Si nuestra respuesta es “no”, es muy probable que estemos pidiendo mal, para satisfacer nuestras propias pasiones (Stg. 4:3).  Pero si nuestra respuesta es “sí”, aunque no sepamos cómo Dios lo va a hacer o no veamos cómo aquello que pedimos pueda ser posible, Dios a su tiempo nos va a contestar; tal vez no exactamente como nos lo imaginemos, pero su respuesta siempre será satisfactoria, su voluntad es perfecta.

Por ejemplo, la primera petición del Padre nuestro es que el nombre del Señor sea santificado. Si ese es el anhelo mas profundo de nuestro corazón, el Espíritu Santo que intercede por nosotros con gemidos indecibles, va a acomodar nuestras oraciones para que podamos pedir conforme a la voluntad de Dios.

Qué maravilloso es saber que TODO aquello que pidamos al Padre en el nombre de Jesús lo recibiremos para Gloria de Dios, aprovechemos esa fuente inagotable de gracia para pedir, como dijo Agustín, todo lo conducente a nuestra Salvación con la confianza de que lo recibiremos.

Tatiana Porto Neira

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG

19 comentarios en “Dios responde”

  1. Sonia Marcela Neira meza

    Señor enseñanos a pedir conforme a tu voluntad, porque sabemos que tus nos escuchas y das respuesta a su tiempo.
    Gracias hija por esa palabra que nos ayuda a seguir clamando al señor.

  2. Pr. Carlos Osorio Berrio

    Gracias Señor porque como dice tu palabra: “pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” permiteme someter mis oraciones a tu buen, agradable, y perfecta voluntad.
    Gracias Taty por esa palabra!!!

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