Cuando éramos adolescentes, con mi hermana Nellys teníamos una diversión particular: Salíamos a vitrinear en las pocas boutiques que para ese entonces había en nuestra ciudad natal. Hermosos vestidos traídos de Panamá y de Estados Unidos eran exhibidos sobre los rígidos maniquíes, nos encantaba ir a mirar las modas para copiarlas y luego mandarlas a hacer en el taller de Doña Silvita Blanco. Cuando algo nos llamaba la atención no parábamos de elogiar el color, la tela, el corte, la moda, el estilo… hasta que llegábamos al precio; ahí sí que la cosa se ponía, literalmente, fea…

Comenzábamos a encontrar todos los defectos: “la manga es muy larga… la quiero tres cuartos”; “tiene cuello… la quiero sin cuello”; “es falda… mmmm, no sé… quiero pantalón”; en resumidas cuentas “está feo… ya no me gusta”. Ahora que lo pienso mejor, no se trataba de que no tuviéramos dinero o de que el dinero no nos alcanzara para comprar, la realidad del asunto es que ¡No teníamos ninguna intención de comprar nada!
Esa anécdota me recuerda a los espías que Moisés envió a reconocer la tierra que Dios les había prometido. Duraron 40 días en su recorrido, al final de los cuales regresaron trayendo muestras del fruto de la tierra y con un informe positivo: “llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella” (Nm. 13:27 RVR1960). Hasta allí todo parecía ir bien pero luego diez de ellos comenzaron a añadir detalles desalentadores acerca de la fortaleza del pueblo que habitaba la tierra, de las ciudades grandes y fortificadas y de los gigantes que habían visto (Nm. 13:28). Incluso, dijeron tajantemente que ese pueblo era imposible de vencer porque era más fuerte que Israel (Nm. 13:31).
Entonces llegaron al colmo, difamaron la tierra que habían reconocido (Nm.13:32) ¿Cómo es posible que luego de haber recorrido la tierra, comprobar que ciertamente fluía “leche y miel” como Dios había dicho, de haber traído muestra de las bondades de la tierra, estos hombres llegaran a hablar mal de la tierra para desalentar al pueblo en la conquista de un territorio que ya les pertenecía?

Y es allí cuando se revela la realidad oculta en sus corazones: “éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos” (Nm. 13:33 RVR1960). La verdad no residía en la capacidad o incapacidad militar de Israel para adelantar la conquista, ¡No! La verdad residía en la pobre autoimagen que tenían aquellos diez. Nadie les gritó: “¡langostas!”, pero ellos se veían así, y lo que es peor, creían que la gente los veía de la misma manera. ¿Resultado final? De toda una generación, sólo dos personas entraron a Canaán, Josué y Caleb… pero luego de 40 años en el desierto.
Tenemos que atrevernos a ver lo que el Señor ve, a conquistar lo que Él ha dicho que es nuestro, tenemos que vernos como Dios nos ve, como lo que dice su palabra que somos: “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios” (1 Pedro 2:9 RVR1960) para llevar a cabo una tarea para la cual ya Él nos ha provisto de dones y talentos.
Cualquiera que sea el terreno que tengas por delante para conquistar: ministerial, familiar, profesional, personal; cualquiera que sea el reto, tienes que atreverte a mirar con los ojos de Dios, tienes que atreverte a reconocer en ti lo que Dios ve y tienes que creer que “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Ro. 8:31 RVR1960).
¿Te atreves?
Nancy Esther Rodríguez Zuleta
Equipo Devocionales Diarios ICCCTG
Gracias hermana mía por esta hermosa reflexión. Que podamos ver lo que Dios ve; el Señor nos ayude.
Amén!!! Que podamos verlo
Cuando vemos que aquello que Dios nos preparo requiere de nosotros esfuerzo, valentía, santificación y fe, entonces decimos está feo…ya no me gusta. Dios nos perdone. Gracias Nancy por compartir con nosotros esta reflexión
Así es Taty, el Señor nos ayude a ser esforzados y valientes en la conquista
Si y traer esa reflexión a los actuales momentos que estamos pasando somos muchas veces como los ocho Israelitas que miraron lo que daba miedo, las noticias que son amarillista le damos más crédito que mirar con los ojos de Dios
Así es Judi, debemos ver las noticias de hoy con los ojos de Dios… Seguramente se ven mejor que en el noticiero
Dicha imgagen e identidad que Dios ha formado a traves de nosotros.No debe pasar desapercibido por nuestras circunstancias.
Exactamente Jhon. Lo que el Señor ha puesto en nuestras vidas está por encima de las circunstancias. Bendiciones.
Abre nuestros ojos Señor para ver lo que Tú nos das. Hermosa reflexión mi querida Nancy. Dios te guarde.
Amén!!! Ver con los ojos de Dios. Bendiciones Lilia.
Muchas veces somos presas de la ansiedad, del afán que nos impide ver lo que el Señor ya nos ha prometido. Debemos Caminar viendo como mira el Señor, aferrados a su promesa fiel.
gracias Nancy por esa hermosa reflexión
Así es Carlos. Lo que el Señor prometió ya es nuestro, sólo hay que caminar creyéndolo. Bendiciones.
Ciertamente, tenemos que vernos con los ojos que el señor nos ve , para poder reconocernos como linaje escogido de Dios.
Gracias Nancy, excelente reflexión
Así es, con los ojos de Dios. Bendiciones Yasmin.
Que bonita reflexión. Que nos ayuda a entender que gracias a Dios somos linaje escogido, real sacerdocio, pueblo adquirido por Él Que gran bendición.
Gracias Sra. Nancy
Así es Bibiana, tenemos una gran bendición.
Amén… así es padre ayúdanos a ver todo como tu lo ves y que siempre oiremos bajo tu voluntad
Amén!!! Ver con los ojos de Dios. Bendiciones Erleanys