Gente difícil

“Señora Santana, ¿por qué llora el niño?  Por una manzana que se le ha perdido. Yo le daré una, yo le daré dos, una para el niño y otra para vos. Yo no quiero una, yo no quiero dos, yo quiero la mía que se me perdió”. [1]

Esta es una popular canción de cuna cubana, siempre me he preguntado, ¿qué diferencia hay entre una manzana y otra?  Quizá el color, el tamaño, la dulzura… pero, perdida la manzana, no podríamos compararla con ninguna otra y, ¿no es mejor tener dos manzanas que una? Pero el niño no quería ni una, ni dos manzanas, sino justamente la que se le había perdido, ¡qué capricho!  Quizá sí lo sea, pero se trata de un niño, es natural que se comporte de esa manera. Sin embargo, ¿acaso no hemos encontrado a lo largo de nuestro trasegar gente difícil de complacer?

Por otro lado, con seguridad alguna vez hemos tratado con personas cuyos modales logran, como mínimo, incomodarnos.  No saludan apropiadamente, no dicen “por favor” ni “gracias”, toman nuestras cosas prestadas sin pedir permiso, traspasan nuestros límites y parecen no notarlo, resultan siendo gente difícil de tratar.

Ahora, ¿cómo debemos actuar cuando encontramos personas que piensan diametralmente diferente de nosotros, aquellos con quienes no coincidimos en casi nada e insisten en polemizar con nosotros?  Dice la Biblia: “No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos.  Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.  No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor.  Antes bien, «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta». No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien” (Ro.12 17-21 NVI).

Fácil sería si viviéramos en un mundo en el que no tuviésemos desacuerdo alguno o que nuestras diferencias se resolvieran sin esfuerzo… pero ese lugar se llama “cielo” y aún no estamos allí.  Mientras estemos en esta tierra hallaremos a nuestro paso personas de todos los “tamaños, colores y sabores” y no siempre resultará sencillo lidiar con cada uno, habrá quien nos lastime intencionalmente o sin intención, a algunos les seremos agradables, a otros no, concordaremos con unos y otros en algunas cosas o en ninguna, pero en todo caso, nos manda la Palabra a vivir en paz con todos, en tanto dependa de nosotros.

No significa que tendremos amoldarnos a cada persona y aplaudir sus acciones aunque sean malas, pero sí que nuestro carácter debe ser lo suficientemente parecido al de nuestro Señor Jesús como para que podamos llevar relaciones saludables con todos.  Debemos también considerar si somos nosotros los que estamos siendo difíciles para otros, generalmente pensamos que otros son los difíciles, pero analicemos, ¿nos hemos comportado de manera caprichosa o prejuiciosa?, ¿hemos tratado a algunos de forma poco amable por pensar que se lo merecen?, ¿hemos tomado la venganza en nuestra propia mano y creído que actuamos con justicia?, ¿cuáles de nuestras actitudes y acciones hacen que a otros les cueste tratarnos?

Pidamos al Señor sabiduría cuando alguien sea difícil para nosotros y examinémonos, no sea que los difíciles seamos nosotros y no estemos reflejando el carácter de Cristo como debe ser.  Con la ayuda del Señor, no seremos vencidos de lo malo, sino que venceremos el mal con el bien.

Marysol Cecilia Rodríguez Zuleta

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG

25 comentarios en “Gente difícil”

  1. Nancy Esther Rodríguez Zuleta

    Dios!!! Nos encontramos gente así de cada rato, o, ¿seremos nosotros los difíciles? El Espíritu Santo nos dé el discernimiento y la sabiduría para lidiar con lo uno y con lo otro. Gracias Sol, un abrazo!!!

  2. Excelente reflexión. Mary.
    Dios me ayude hacer siempre el bien. Con los ojos puestos en Jesús y mi corazón rendido a El.
    Bendiciones, abrazos

  3. Lilia Torres Ramírez

    Pidamosle a Dios discernimiento, muchas veces lo que creemos que estamos haciendo bien, No lo es tanto. Está reflexión nos hace detenernos un poco y analizar nuestras actuaciones. Gracias Mary.

    1. Marysol Cecilia Rodríguez Zuleta

      Así es querida, solemos ponernos en buen puesto… Dios nos ayude a discernir cuando lo estamos haciendo mal. Un abrazo!

  4. Judith Benedetti

    Jejeje bueno muchas veces experimente lo de la manza, se encapricha uno con algo que no tiene “reemplazo” pero en la palabra nos hablan del contentamiento que no depende de las cosas y circunstancias. Que diferencia

  5. Gente de dificil trato y gente pesada,
    Pero a veces nos enseñan que mchas de las cosas que nos disgustan de ellos son las que necesitamos cambiar de nosotros mismos
    Jeje muy firme el devocional!!!

  6. Sabes mary, esta es unas de las citas que más me gusta y que a diario recuerdo porque es tannnnn necesaria a cada instante. Tratar con personas difíciles o que nos hacen el momento difícil, no es Fácil jajajaja…. y por si solos no podríamos actuar en amor todo el tiempo. Pido a Dios me ayude a tener el suficiente amor para perdonar, para hacer lo bueno, ser sabia y hacer su voluntad.
    Gracias mary, por esta excelente reflexión!!!

  7. Somos fáciles para pensar que otros son los difíciles, pero ciertamente cada uno de nosotros ha Sido en algún momento ese “alguien difícil” para otro. Dios nos ayude y nos de discernimiento. Gracias Mary

    1. Así es Tati. Porque es más fácil ver la paja del ojo ajeno que nuestra viga.
      Dios ayúdanos a ser cada día más como tú.
      Gracias Mary. Dios te bendiga

      1. Marysol Cecilia Rodríguez Zuleta

        Amén Bibi, la viga en nuestro ojo no nos deja ver bien, se requiere la ayuda del Espíritu Santo para “entender [nuestros] propios errores, como dice el Salmo. Un abrazo.

    2. Marysol Cecilia Rodríguez Zuleta

      Améeeeen hermana!!! Cuando encontramos a uno de esos “difíciles”, es útil pensar que también lo hemos sido nosotros, y otros nos han soportado y perdonado por la gracia de Dios, de esta forma, soportarles y perdonarles resulta más fácil.

  8. Sonia Marcela Neira meza

    Amen, definitivamente necesitamos de la ayuda del espíritu Santo para saber conducirnos delante de nuestros hermanos.
    Gracias Mary.

  9. Nellys Marina Rodríguez Zuleta

    El Señor nos ayude a tolerar y amar a las personas difíciles… Y a discernir cuando los difíciles somos nosotros… “Quien podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos”
    Gracias, manita

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