Hasta alcanzar las promesas

Aunque confiemos en las promesas del Señor, resulta difícil la espera de su cumplimiento, por eso debemos incluir la palabra perseverancia en nuestro idioma de fe. Una definición dice que “perseverancia viene del latín perseverantia, y es la acción y efecto de perseverar. Este verbo, perseverar, hace referencia a mantenerse constante en un proyecto ya comenzado, una actitud o una opinión, aun cuando las circunstancias sean adversas o los objetivos no puedan ser cumplidos. Perseverar también es durar por largo tiempo. La perseverancia es la clave del éxito en la mayoría de los emprendimientos, y puede aplicarse a campos muy diversos. En todos los casos, se debe tener un objetivo claro, una meta que justifique el esfuerzo y la dedicación en un período de tiempo generalmente extenso”.[1]

Si hablamos de perseverar hasta alcanzar las promesas, significa que seremos constantes en varios sentidos, repetiremos las mismas acciones, hablaremos siempre de lo mismo, porque el objetivo trazado es ver el cumplimiento de las promesas que el Señor nos ha hecho en forma personal, como familia, como iglesia, como nación, etc.


En Lucas 2:25-38 encontramos dos personajes que perseveraron hasta ver el cumplimiento de la promesa más grande de Dios para la humanidad. Cada uno lo hizo en una manera diferente con una particularidad en común: ambos vivieron para la época del nacimiento de Jesús y ambos estaban en el templo cuando José y María llevaron el niño para presentarlo conforme indicaba la ley de Moisés.

Simeón era un hombre común y corriente, pero hacía parte del remanente que seguía creyendo, tanto que “El Espíritu Santo estaba sobre él y le había revelado que no moriría sin antes ver al Mesías del Señor” (vs. 25-26 NTV). Ese día el anciano Simeón estaba allí porque “el Espíritu lo guio al templo” (vs. 27) para cumplir la misión especial de tomar al niño en brazos, bendecirlo y revelar que Jesús representaba la salvación para judíos y gentiles. Le tomó años ver el cumplimiento, pero el secreto que llevó a Simeón a perseverar hasta alcanzar las promesas fue su fe. Simeón le creía a Dios con absoluta certeza, siguió creyendo a pesar de las circunstancias y del tiempo.

Ana, la profetisa, era una mujer de edad muy avanzada” (vs. 36)que enviudó muy joven y luego “no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones (vs. 37 NTV). Ana también llegó en el momento justo, coincidiendo con Simeón, para conocer al Mesías por el que tanto había orado y hablarles a todos acerca de él. El secreto de Ana para perseverar hasta ver el cumplimiento de la promesa fue su servicio al Señor.

Hebreos 6:10-12 nos muestra que el Señor no olvida nuestro servicio y nos anima a seguir “el ejemplo de quienes, gracias a su fe y perseverancia, heredarán las promesas de Dios” (vs. 12 NTV).

¿Estás esperando el cumplimiento de alguna promesa? Simeón y Ana son buenos ejemplos de perseverancia. Fe y servicio fueron sus pilares. ¡Ánimo! ¡Persevera hasta alcanzar las promesas!

Nancy Esther Rodríguez Zuleta

Equipo Devocionales ICCCTG

[1] https://definicion.de/perseverancia/#:~:text=Del%20lat%C3%ADn%20perseverantia%2C%20la%20perseverancia,es%20durar%20por%20largo%20tiempo.

9 comentarios en “Hasta alcanzar las promesas”

  1. Carlos Osorio Berrio

    Maravilloso, excelente palabra para iniciar la semana.
    Amado Señor ayúdame a ser perseverante y seguir esperando en ti el cumplimiento de lo que tu has dicho!

    Gracias Nancy por este alimento espiritual.

  2. Sonia+Marcela+Neira+meza

    Señor ayúdame a perseverar en tus promesas y de igual manera servirte para ver el cumplimiento de tus ellas.
    Gracias Nancy buena palabra.
    Dios te bendiga

  3. Dios ayúdame a perseverar en tus promesas, sabiendo que no fallas y eres fiel. Que tú voluntad Dios es buena, agradable y perfecta.
    Gracias Sra. Nancy. Bendiciones

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