La Vida que Merezco

Con alguna frecuencia hemos escuchado esta expresión: “esta es la vida que yo me merezco”, suele expresarse cuando se disfruta de algún placer.  También es frecuente escuchar al término de una labor una frase similar: “ahora me merezco…”, completándose la oración con algún objeto o el esboce de una situación agradable. Sin embargo, pensar de esta manera puede resultar en realidad peligroso, puede encaminarnos hacia un mundo de fantasía, a darnos licencias o a buscar a cualquier precio esa vida que en nuestro corazón creemos que nos merecemos.  

En la Biblia, lo que encontramos es algo muy distinto. Dice la Palabra de Dios que: “no hay un solo justo, ni siquiera uno; no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios… pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” (Ro. 3:10-11, 23 NVI) y también enseña que: “la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor” (Ro. 6:23 NVI).  Esto significa que ninguno de nosotros merece vida sino muerte, es sólo que el Padre Dios decidió darnos vida a través de Jesús, por su muerte, por su sangre, tenemos vida nosotros.

También significa esto que toda cosa buena de la que podamos disfrutar en esta tierra no es simplemente producto de nuestro trabajo, sino que al Padre le ha placido concedernos su bendición, como lo dice Santiago 1:17: “Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras” (NVI).

Este mundo busca los méritos, se premia la lucha y el esfuerzo por alcanzar los sueños, y no pretendo decir que no haya que luchar y esforzarse, pero solo vale la pena luchar por los sueños de Dios que son perfectos. Nuestros sueños pueden llevarnos a lugares indeseables, nuestro corazón es engañoso, pinta fantasías que conducen a muerte, pero el regalo de Dios es la vida eterna que sólo Jesús puede ofrecernos.

Por eso advierte el Señor: “Cuando hayan comido y estén satisfechos, y vivan en las buenas casas que hayan construido, y vean que sus vacas y ovejas han aumentado, lo mismo que su oro y su plata y todas sus propiedades, no se llenen de orgullo ni se olviden del Señor su Dios, que los sacó de Egipto, donde eran esclavos… No se les ocurra pensar: “Toda esta riqueza la hemos ganado con nuestro propio esfuerzo.” Deben acordarse del Señor su Dios, ya que ha sido él quien les ha dado las fuerzas para adquirirla” (vs. 12-14, 17-18 DHH).

Así que, no persigamos “la vida que nos merecemos” porque sólo hallaremos muerte, antes “[busquemos] el reino de Dios y su justicia, y Dios [nos] dará todo lo que [necesitamos]” (Mt. 6:33 PDT).

Marysol Cecilia Rodríguez Zuleta

Equipo Devocionales ICCCTG

11 comentarios en “La Vida que Merezco”

  1. Sabía reflexión. Pues el que tiene a Jesús tiene la vida eterna.. Solo en Él, hallamos la vida que nos merecemos.
    La salvación.
    Gracias Mary. Bendiciones

    1. Tal cual, si de merecimiento se trata, merecemos muerte… pero por gracia, por amor, por misericordia de Dios, el Señor nos dio vida en Jesús!!!

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