Este año me propuse leer más. He estado leyendo e instruyéndome acerca de cómo cultivar hábitos de lectura, incluso hice un curso. Debo decir que ha sido difícil, algunos días lo logro, otros no.
A veces en un momento determinado del día me recuerdo: “hoy debo leer”, o algo así como: “ahora que termine esta tarea, me pongo a leer el libro pendiente”. Hay días en que lo cumplo, otros en los que no, es una lucha constante. En mí, tengo una gran expectativa de cumplir este propósito, pero mis decisiones a veces no lo acompañan.
Así ocurre en la vida de todo creyente. Vivimos en una constante batalla entre nuestra carne y Nuestro Espíritu. Por eso dice la Escritura “Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis” (Gl. 5:16-17 NVI).

Pablo describe que existe esta batalla continua en nuestro interior para definir el rumbo de nuestras acciones, de nuestro caminar. Este pasaje es un llamado a los creyentes a permitir que el Espíritu Santo dé forma a la conducta de sus vidas (su caminar); para no ir tras los deseos de la carne.
El mismo Pablo experimentó este conflicto: “De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Y, si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mí” (Ro. 7:19-20 NVI).
Quería actuar de manera correcta, pero a veces fallaba en hacerlo; quería agradar a Dios, sin embargo, hacía el mal que no quería. El mismo ejemplo aplica para nosotros hoy. Nos enfrentamos a situaciones que prueban nuestras decisiones, y por pequeñas que sean, nos llevan a hacer lo correcto o a errar el blanco.
Lo vemos al momento de tener que decidir si oramos y leemos la Palabra o nos quedamos un rato más frente al televisor. Cuando tenemos que perdonar o albergamos un rato más el pensamiento orgulloso. Cuando damos rienda suelta a las palabras contra alguien o decidimos refrenar nuestra lengua. Y muchos episodios más.
¿Cómo resolvemos este conflicto? Se trata de examinar en qué estamos sembrando. El apóstol Pablo nos dice que “El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna” (Gl. 6:8 NVI).

Algunos tienen esta lucha “cuesta arriba”, han provisto tanto para su propia carne que cuando quieren dedicarse a lo espiritual, les cuesta muchísimo; a veces se frustran en ese intento y pareciera que no pudieran levantarse más. Pero esto no significa que allí acabe todo, pues las misericordias de Dios son nuevas cada mañana (Lm. 3:22-23)
Otros, cultivan día a día los hábitos y disciplinas espirituales, y poco a poco su comunión con Dios pasa de ser un trabajo pesado a convertirse en un verdadero deleite. Pero esto no significa que ya se haya terminado la carrera, pues “el que piensa estar firme mire que no caiga” (1 Co. 10:12)
En ambos casos necesitamos levantarnos cada día, para enfrentar nuestra propia naturaleza y rendir nuestros miembros en sacrificio vivo para el Señor (Ro. 12:1). Sembrar para nuestro espíritu y promover las acciones correctas que nos lleven a agradar al Padre.
Mientras estemos en este “cuerpo de muerte” (Ro. 7:23), estaremos sujetos a esta lucha. Mas Dios ha prometido que estaría con nosotros hasta el fin (Mt. 28:20).
¡Levántate y vuelve a pelear!
Manuel Martelo Verbel
Equipo Devocionales Diarios ICCCTG
Levántate y vuelve a la pelea! ; Nadas más cierto y sumamente necesario en este tiempo.
Señor ayúdanos a sostener esta lucha en ti, y obtener la victoria.
Gracias Manuel, que bendición esta palabra.
Así es. Pasamos de un trabajo pesada al verdadero deleite Cuando estamos en comunión con nuestro Padre Celestial. Gracias Mañe.
Ese deleite lo encontramos solo en El, mi querida hermana Lilia. Seguimos adelante! La Gloria sea para Dios
Amén mi hermano! El Señor es nuestra ayuda y en El somos mas que vencedores!
La Gloria sea para Dios
Dios infunde aliento para seguir luchando y sembrando en su santo espiritu.
De acuerdo mi hermano Jhon, Del Señor provienen las fuerzas para vencer. El es vida y paz!
Asi es, pelear constantemente con la carne.
Señor ayúdanos a llevar nuestros pensamientos cautivos a tu obediencia. Gracias Mane.
Excelente, Dios continúe utilizandote para su obra.
Amén Chony! El Señor es quien nos sostiene cada día en estas luchas!
La Gloria sea para Dios
Señor ayúdanos a batallar y doblegar está carne, con la ayuda de tu espíritu. Jesús dijo que el espíritu siempre está dispuesto! Gracias amor
Amén! El viene en nuestra ayuda y nos sostiene, Su Espíritu intercede por nosotros también!
La Gloria sea para Dios.
Ronald pq siempre comentas en blanco? Tienes problemas con tu dispositivo?
bueno Manuelito si por allá llueve por acá no escampa y esa lucha hasta necesria es para mostrar nuestra debilidad y anhelar la ayuda de Dios
Mi hermana, estamos caminando juntos en el Señor, estos padecimientos se van cumpliendo en todos; pero El Señor viene siempre a ayudarnos; y nos levantamos con su fuerza para volver a Pelear. Un Saludo.
La Gloria sea para Dios
Gracias, Mani, por esta palabra oportuna!.. Nuestro Padre Celestial nos ayude cada día a pelear la buena batalla
Amen Doc, Del Señor viene la Victoria!
La Gloria sea para Dios
Santificación progresiva día a día. No lo hemos alcanzado todo, siempre necesitamos que nuestro Padre. Gracias Manuel.
Que el señor cada día nos ayude a deleitarnos en el. Y que en nuestras luchas internas podamos tener sus fuerzas .. no con las nuestras sino con las de Dios !!