Mírate

En estos días de aislamiento, meditabundo miraba en retrospectiva.  Hace años, a lo mejor estaría en casa de algún amigo, tratando de conseguir qué llevar a mi casa para alimentarnos “mi vieja” y yo.  Recuerdo bien el plato de peltre que me ofrecían, el que tomaba con algo de vergüenza y, medio a escondidas, guardaba en una bolsa para completar mi empresa.  En esa época estaría pensando ¿qué hago ahora?, ¿cómo pagaré el arriendo?, ¿cómo iré a graduarme si no hay con qué?

Un día encontraría refugio en un lugar de “locos alegres” (iglesia) que entonaban con caja y guacharaca: amigo ven a Cristo que Jesús te llama”; y en la lectura de unos versos de un librito negro que me regalaron (la Biblia) para poder entender mi propósito en este mundo que decían: “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía” (Sal. 37:4-6).

A temprana edad, tuve que encargarme de muchas situaciones para las que no estaba preparado.  No era fácil ver a la única persona que tenía en este mundo, a quien amaba tanto (y aún amo) sufrir.  Me acercaba a ella y le decía: “tranquila ya pasará, esto es parte del propósito, Dios tiene el control, ya verás, todo esto servirá de soporte para el futuro que nos espera, pues el que comenzó […] la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil. 1:6).

Esas palabras la confortaban, acallaban su llanto.  Pero yo lloraba a solas, desgarrado por dentro, miraba al cielo y oraba a Dios: “si en verdad estas allí, por favor déjame ver días diferentes y no permitas que este sea mi destino”.

Ahora las cosas son diferentes, tenemos un lugar donde reposar, alimento, necesidades básicas satisfechas y ya no nos apremian las cuotas de arriendo atrasadas.  Viajo a otras ciudades y capacito a docentes de escuelas y universidades; también sirvo como maestro en otro lugar de “locos alegres”, podría decir que en estos aspectos todo va bien.  Sin embargo, ¿he alcanzado el clímax de mi destino? Aún no.

 

Leyendo el pasaje de Efesios 5:5-18, el cual nos insta a andar como sabios, a aprovechar bien el tiempo porque los días son malos, y observando los tiempos actuales, creo que debemos preguntarnos, ¿entiendo cuál es la voluntad del Señor para mi vida?, ¿me conduzco como necio o como sabio?

Probablemente, muchos diremos que sí. Pero cuando hacemos una mirada introspectiva a la luz de la palabra de Dios, considerando el estándar de Cristo, deberemos responder que no siempre, siendo más las veces que no.  Conducirnos como sabios en estos tiempos, demanda conocer primero al Señor a partir de Su Palabra, desarrollar una relación de intimidad con Él en la que podamos experimentar su gracia.

 

Es muy diferente saber cosas sobre Dios que conocer a Dios. Tenemos mucha información acerca de Él, hemos leído sobre sus atributos, podemos citar su Palabra y hablar sobre lo que Él ha hecho, pero ¿tenemos una relación con Dios?, ¿lo conocemos en lo privado?  Pedro escribió: “Antes bien, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén” (2 Pe. 3:18).

Este es el tiempo de mirar de manera retrospectiva, no como quien piensa que todo tiempo pasado fue mejor (Ecl. 7:10), sino como quien reconoce que lo pasado fue preparación para lo presente y pone su vista en Jesús (Heb. 12:2).  Es tiempo de mirar introspectivamente con la dirección del Espíritu Santo para escudriñar nuestros caminos y relación con Dios (Lm. 3:40, Sal. 26:2-7, Hg.1:5-7), de modo que podamos poner en correcta perspectiva la vida que llevamos; donde la gracia de Dios baste (2 Co. 12:9) y haya contentamiento.  No pensando haberlo alcanzado ya, ni creyendo ya ser perfectos; sino prosiguiendo al blanco, según el modelo que la Biblia nos ofrece, creyendo que en Cristo fuimos llamados a un futuro glorioso (Col. 3:1-4).

Elvis Padilla Jaraba

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG

7 comentarios en “Mírate”

  1. Booom, que tremenda reflexion biblica y real , estremecio mi interior , muchisimas gracias Dios por esto ,y por tu iglesia comunidad cristiana que palabra de bendicion y motivacion.

  2. Carlos Osorio Berrio

    “Es muy diferente saber cosas de Dios, que conocer a Dios” en la médula. Busquemos desarrollar cada día una relación intima con Dios, basada en las escrituras y vivificada por su espíritu Santo.
    Gracias Elvis!!

  3. Judith Benedetti

    me llama mucho la atención de las palabras que termina en pértiva que el hermano menciona es su devocional pero gracias a Dios que mirarme veo la nueva criatura que soy en Cristo

  4. Uff, gracias Dios por la escuela que nos permitido vivir, para prepararnos para este tiempo, ayúdanos a conocerte y a ti y no saber cosas sobre ti, haste real en cada uno de nosotros.

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