Modo Asombro

Los niños tienen una capacidad de asombro única. Lo veo en Emanuel, mi niño de seis años. Cuando recibe un regalo, un juguete, una merienda o cualquier otra cosa, incluso en ocasiones, habiéndole advertido anticipadamente que se lo daríamos, es tan expresivo que, en su cara, en sus gestos y ademanes podemos notar su emoción.  La definición de asombro según el diccionario Léxico by Oxford es una “Impresión en el ánimo que alguien o algo causa a una persona, especialmente por alguna cualidad extraordinaria o por ser inesperado” 

La Biblia nos relata que Dios es incomparable (1 Cr. 17:20), completamente Santo (Ap. 4:8), omnipotente (Mt. 19:26), su grandeza excede nuestro entendimiento (Sal. 145:3) y digno de ser alabado y de nuestra admiración (Sal. 96:4, 8).  El Salmo 8 es un ejemplo de la descripción de un asombro especial por Dios. El salmista se deja deslumbrar por la grandeza de Dios hasta exclamar: “Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste, me pregunto: «¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?»” (v. 3, 4 NVI).

Pensar en que Dios el creador de todo el universo tiene cuidado de nosotros es algo que debe llenarnos de asombro, agradecimiento y alabanzas. La Biblia nos dice que, si Él tiene cuidado de las aves, cuánto más de nosotros que somos sus hijos (Mt. 6:25-34).

Lo cierto es que con frecuencia, en medio de tantas ocupaciones, dificultades y obligaciones, perdemos la capacidad de asombrarnos por las misericordias y bendiciones con las que el Señor nos rodea.

Estamos tan ocupados y llenos de ansiedad que se nos olvida que El Creador del Universo prometió ir con nosotros y no nos dejará hasta el final, y que ciertamente nos da mucho más de aquello que merecemos, pensamos o esperamos.

El simple acto de respirar constituye una de esas grandes bendiciones, pero lo damos por descontado y a veces ni lo agradecemos. Tener la provisión y los alimentos en la mesa es una gran bendición, aunque en ocasiones la desperdiciamos, olvidando que en muchos lugares, debido a la crisis en que viven, alimentarse se convierte en un lujo. Solemos minimizar lo cotidiano, nos “habituamos a las bendiciones” y dejamos de asombrarnos del Dios que las otorga.

Que hoy podamos reflexionar y volvernos al Señor con alabanzas por sus bendiciones y a la vez nos dispongamos a cultivar en nuestro corazón el asombro hacia Dios y el agradecimiento por todo lo que Él hace por nosotros; no como una emoción fingida, sino reconociendo y apreciando verdaderamente las misericordias y las maravillas de Dios en cada día. Y tú… ¿te pondrás modo asombro?

Manuel Martelo Verbel

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG

 

 

12 comentarios en “Modo Asombro”

  1. Lilia isabel torres ramirez

    Hay obras maravillosas que tomamos como naturales y cotidianas,. Hemos perdido la capacidad de asombro ante las increíbles bendiciones que nos da cada día nuestro Padre celestial.

  2. Marysol Rodríguez

    Oh Señor, que no olvidemos que eres lo más asombroso y podamos adorarte por quién tú eres. Gracias Mani por compartir.

  3. Cada dia miramos su misericordia y su amor, el cual nos llena de mucho asombro al ver su fidelidad. Gracias Mañe por esta reflexion.

  4. Judith Benedetti

    Me llama la atención esas dos palabras habituar y asombro en el ambiente cristiano, toda vez que cada una de ellas se manifiesta en nuestras vidas resultado de una cercana o distante relación con Dios

  5. Cuan asombrosas son las obras del Creador. Por lo que cada día debemos rendirle adoración, alabanza, honra y honor al que vive y reina por los siglos de los siglos.
    Gracias Mañe edificante reflexión.
    Bendiciones

  6. Tatiana Porto Neira

    Señor dame un corazón lleno de gratitud y que de mi boca salgan alabanzas a ti por tus bondades y misericordia que se renueva cada mañana

  7. Nelly susana Narvaez Oviedo

    Así es Manuel, en ocasiones pasamos por alto los “pequeños” detalles que el señor nos brinda. Dios crea en mi un corazón agradecido y humilde para reconocer tus bondades

  8. Nancy Esther Rodríguez Zuleta

    Tienes razón Manuel, cuando nos acostumbramos a lo extraordinario perdemos la capacidad de asombro. Gracias por recordarlo.
    Señor, que cada día podamos buscar por lo menos un motivo para agradecerte de corazón y asombrarnos por tus maravillas.

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