En los empleos donde se tienen que cumplir unas metas y lograr cierto presupuesto, el valor de un colaborador lo proporciona un número. En la empresa donde laboro, la jefa nos da nuestro valor de acuerdo con lo que vendamos y recaudemos. Según las políticas de la compañía “quien gana es quien más vende”, lo único que importa es el número que representamos expresado con un signo de pesos. En este mundo, para muchos sólo somos un número.

Esto trajo a mi mente lo que enseña la Biblia: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia” (1 Pe. 2:9-10 RVR1960).
Jesús ganó nuestra identidad en la cruz del calvario, ¡qué gran privilegio es haber sido escogidos! y mejor aún saber es que no tuvimos que hacer nada para merecerlo, fue un regalo Divino. Nuestra identidad está guardada en Dios, por eso no depende de cuánto vendamos, de los títulos que hayamos obtenido, del dinero que poseamos, ni mucho menos del número con el que otros hayan querido identificarnos, sino de lo que Dios ha hecho y de su propósito.
Entender esto nos debe ayudar a reconocer la grandeza del Señor. No podemos dejar que la afirmación de ciertas personas sea lo que defina y dé valor a nuestras vidas. No somos lo que la gente dice, somos lo que Dios dice. Somos linaje escogido, tenemos una herencia incorruptible; real sacerdocio, no necesitamos a un sacerdote para llevar alabanza a Dios, tenemos acceso directo al Rey; nación santa, hemos sido apartados de este mundo y si estamos aquí es para mostrar la santidad de Dios, su obra y carácter en nosotros.

Somos especiales porque le pertenecemos a Dios. Si no podemos vernos identificados con esto y tener tranquilidad para saber cuál es nuestro verdadero valor, hoy debemos analizar si en realidad estamos viviendo de acuerdo con el propósito de Dios. Nuestra identidad no se puede definir de acuerdo con lo que estemos sintiendo sino conforme a lo que Dios ha dicho de nosotros; es hora de comenzar a vernos como Dios nos ve, y eso sólo ocurrirá por medio de su Palabra.
Si algo o alguien nos hace creer que tenemos menos valor o intenta desanimarnos, frustrarnos y debilitarnos, recordemos que fuimos escogidos por Dios y solo Él nos da nuestra identidad. Salmos 100:3 (RVR1960) nos lo recuerda: “Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado”. Que la Palabra de Dios se haga viva en nuestras vidas.
Dios les bendiga.
Bibiana Alvear Navarro
Equipo Devocionales Diarios ICCCTG
Gracias Dios por la identidad que nos has dado , no somos numeros , somo hijos del Dios viviente por el sacrificio de Cristo , Gracias Bibi.
Así es Jhon. Bendiciones.
Si desde niños hubiésemos entendido que “Somos nación Santa, escogida por Dios” de seguro que nos habríamos ahorrado muchos sufrimientos cuando alguien trató de menospreciarnos. Gracias Dios por limpiar nuestros corazones con tu palabra. Gracias Bibi por tu oportuna reflexión. De la llenura del corazón, habla la boca.
exactamente mi querida Lili debemos recordar esta palabra siempre. Un gran abrazo.
Gracias Señor porque a tus ojos fuimos de gran estima. Gracias Bibi querida por esta importante reflexión.
Asi es Mary que siempre lo recordemos. Bendiciones
Me encanto la frase destacada, somos hijos de Dios no porque fuéramos especiales sino por gracias…y ahora que ya el nos hizo sus hijos ahora es que somos especiales…¿lo merecemos? No, pero así Él lo quiso y eso no se nos debe olvidar. Gracias Dios por tu gracias
Amen. Gracias Dios por escogernos
Que hermosa reflexión Bibi, somos lo que Dios dices que somos, somos el reflejo de su imagen y semejanza, somos escogidos, santos y amados del Padre, que nunca se nos olvide esta gran verdad, aunque el mundo intente hacernos como el, Dios te bendiga
Amen. Gloria a Dios quien nos dio nuestra identidad. Saludo May
Buenos dias,Bibiana,gracias por la meditacion.En realidad somos lo q Dios dice q somos en Cristo Jesús.
Así es Pastor. Bendiciones
Bibi que interesante tu reflexión,que debemos recordar siempre nuestra identidad en Cristo, ante de coniser está verdad algunas veces me sentía inferior a los demás.por q no me sentía segura de quién era yo como persona
Ana yo también me identifico contigo, porque cuando no sabemos el valor que Cristo nos da nos sentimos inferior. Dios te bendiga Ana.
Totalmente de acuerdo contigo Bibi. Cómo hijos de Dios nuestra valía nos la da nuestro creador.
Vivificante reflexión.
Bendiciones Bibi.
Bendiciones Hermana Crucy. Saludos.
Que lindo devocional somos lo que Dios dice que somos y a sus ojos solos de gran estima, valiosos en él, nuestro valor viene de Él. Gracias Bibi
Gloria a Dios por eso.
Bendiciones Tati.
Somos valiosos para Cristo, eso es lo que nos debe interesar.
Gracias Amor.
Bendiciones mi amor.
Así es somos lo que la palabra de Dios dice que somos, constantemente hay que recordar esa verdad en nuestra vida.
Bendiciones Bibi
Totalmente mi querida Nelly, un gran abrazo
Gloria a Dios porque en Él las estadísticas nonos definen. Su inmenso amor lo hace.
Gracias, Bibi
Gracias Dios por tanto amor. Saludos Dra.
Es muy cierto que somos valiosos en Dios y nuestra identidad como hijos de él, no debería perderse de nuestro radar por circunstancias de la vida. Pero también es cierto, que el roll que desarrollemos en nuestra vida debe ser acorde a nuestras capacidades, y más aún, si es en lo laboral; el medio comercial es así, no somos mas que cifras y productividad. Es por eso, que esto no es para todo el mundo, porque de lo contrario corremos el riesgo de frustrarnos. De esto tendría mucho que decir, pero mi humilde opinión es: “hagamos lo que nos apasiona”, de esa manera podemos ser los mejores en lo que hagamos sin importar lo que un numero diga de mi. Que Dios nos ayude a estar en el roll correcto para su honra.
Así es la idea es que podamos entender y vivir de acuerdo al valor e identidad que tenemos en Cristo. No cómo el mundo nos quiere ver.
Dios te bendiga Jackelin.