Palabras al viento

Habiendo nacido en Valledupar es natural que me guste la música vallenata, el buen vallenato, tradicional y costumbrista propio de los juglares. Dentro de ese espectro hay una célebre canción en la que el compositor Santander Durán Escalona le dice a la inspiradora de su canto: “Hoy yo no quiero decir, yo no quiero decir mis palabras al viento…”[1]. Nadie quiere decir palabras al viento, nadie quiere hablar sin que otro escuche.  Las palabras al viento no tienen eco, nadie hace caso de ellas, el viento parece llevárselas a cualquier lado menos a donde quien las expresa quiere dirigirlas.

En un episodio narrado en Marcos 4:35-41 encontramos que Jesús sí le habló al viento. El Señor había estado predicando sobre una barca en el lago de Genesaret. Al anochecer y ya cansado, le dijo a sus discípulos: “Pasemos al otro lado” (vs.35 RVR1960). En el trayecto, les sobrevino una tormenta de viento tan fuerte que la barca se estaba anegando mientras Jesús dormía. Los discípulos lo despertaron con un tono de reproche: “Maestro, ¿no te importa que nos estemos hundiendo?” (vs.38 TLA). Entonces Jesús se levantó, le habló al viento y a las olas “y se hizo grande bonanza” (vs.39 RVR1960).

Esa noche hasta los cuatro discípulos que eran pescadores de profesión y debían estar acostumbrados a las tormentas de viento del mar de Galilea, habían sentido miedo. Sin embargo, Jesús no los critica por eso, Jesús señala la causa del miedo: “¿Por qué estaban tan asustados? ¿Todavía no confían en mí?” (vs.40 TLA).

El miedo es una emoción muy humana, no hay nada de malo en sentirla, pero puede hacernos perder la confianza en el Señor y paralizarnos. Cuando el miedo nos invade, no pensamos con claridad, dejamos de ver con los ojos de la fe, aquella por la que Moisés “dejó Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al invisible” (He. 11:27 RVA1960). Los ojos de la fe nos permiten “Llamar las cosas que no son como si fuesen” (Ro. 4:17 RVR1960).

Luego, los discípulos “estaban muy asombrados, y se decían unos a otros: ¿Quién es este hombre, que hasta el viento y el mar lo obedecen?” (vs.41 TLA). Ellos no habían despertado a Jesús para pedirle que hiciera un milagro, que aquietara el viento y calmara las olas. Creían que dependían de sus habilidades como marineros y llamaron a Jesús para que les ayudara en la tarea porque pensaron que era el único que no estaba trabajando para salir bien librados de la tormenta. Los discípulos iban en la misma barca que Jesús, pero ignoraban su poder para hablar al viento y a las olas, realmente no le conocían, estaban en el proceso de aprendizaje para afianzar su fe.

Como cristianos, decimos conocer al Señor y cantamos la vieja canción que aprendí en mi infancia: “Con Cristo en mi barca todo marcha feliz, marcha feliz, marcha feliz”. Pero cuando las tormentas de la vida aparecen, a veces creemos que el Maestro está dormido, nos parece que no le interesa lo que suceda con nosotros. Esto sólo muestra que debemos pasar más tiempo con Jesús para conocerlo mejor y aprender a confiar en Él.

Cualquiera que sea la tormenta que estemos atravesando, no prestemos atención al sonido del viento y la fuerza de las olas. Jesús está en la barca, dejemos que Jesús se levante en medio de la tempestad, Él es el único que habla palabras al viento y ¡los vientos y el mar le obedecen!

NANCY ESTHER RODRÍGUEZ ZULETA

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG

16 comentarios en “Palabras al viento”

  1. Marysol Cecilia Rodríguez Zuleta

    ¿Quién es ese que hasta el viento y el mar le obedecen? Oh Gloria a Dios, ÉL es nuestro SEÑOR!!! Gracias Señor porque nos cuidas en todo tiempo, porque cuando oramos a ti, no hablamos al viento, sino que siempre nos escuchas. Gracias manita por compartir, un abrazo.

  2. el concepto de “palabras al viento” ha cambiado totalmente despues de leer esta reflexion!!! totalmente!!!
    bastante importante en estos tiempos de disturbios de toda clase, dejar que El Maestro le hable al viento
    excelente devocional!!!

  3. El saber que Jesús está en mi barca me da seguridad, paz en medio de las tormentas porque sé que me llevara al puerto que Él en su voluntad me llevará.
    Gracias querida Nancy
    Sabía reflexión. Bendiciones

  4. Ana Mercedes Contreras

    Exelente enceñanza Nancy, que aunque no veamos las respuesta
    En las pruevas, recordemos que
    El no duerme ,El está ahy para
    Tomar el control

    ,

  5. Nellys+Marina+Rodríguez+Zuleta

    Señor, que nuestros oídos puedan escuchar esa voz a la que acata el viento y nuestros corazones, en medio de las tormentas, sean confortados por tu poderoso y tierno acento… Gracias, manita por esta bella y cierta palabra

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