Perder para ganar

¿A quién le gusta perder? Creo que lo único que nos gusta perder es peso cuando tenemos kilos de más. En general preferimos ganar.  Nos proyectamos en nuestro equipo favorito, cualquiera que sea el deporte, queremos que los jugadores se esfuercen y resulten victoriosos; y si lo logran, nos atrevemos a decir: “ganamos”, como si hubiésemos participado en la contienda. En una película “le vamos” a los protagonistas (sean buenos o malos), porque sabemos que suelen salirse con la suya.  Siempre queremos estar del lado ganador, está en nuestra naturaleza.

Pero ¿alguna vez has tenido que “perder para ganar”? En las situaciones cotidianas, queremos ganar cualquier discusión, tener la razón siempre, tanto que, a veces, llegamos a ser muy incisivos en demostrar que estamos en lo correcto y acabamos lastimando a los demás. Dice la Biblia: “No seáis sabios en vuestra propia opinión” (Ro. 12:16 RVR1960).  A menos que sea “la opinión de Dios”, todas las opiniones están sujetas a discusión.  Sólo Dios tiene la razón absoluta, y sólo su Palabra es verdadera sin cuestionamiento. Si nuestros pensamientos están alineados a los suyos, entonces tendremos la razón.

Y lo que Dios nos dice es: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres” (Ro. 12:18 RVR1960). Así que, en ocasiones, tendremos que abandonar una discusión, aun pensando que nuestras ideas son correctas, con tal de conservar la paz.  Esto no significa que iremos en contra de nuestra conciencia y concordaremos con conceptos contrarios a nuestros pensamientos, pero sí que tendremos que examinar nuestras ideas y nuestro comportamiento a la luz de las Escrituras, sea para reafirmar o para corregir lo que hay en nuestra mente y alinearlo a la Palabra del Señor.

Habiendo aclarado que sólo la opinión de Dios es irrebatible, nosotros, no seamos sabios en nuestra propia opinión, debemos dar lugar a un posible error en nuestra lógica y admitir que quizá otros tienen parte o toda la razón.  Cuando escuchamos con humildad a otros, nos habremos ganado el espacio para que nos escuchen también y podamos compartir, no sólo nuestras opiniones sino las verdades de Cristo expresadas en el respeto, la templanza y la bondad. Si tratamos a otros con misericordia y estima, seremos un reflejo de Cristo.

Mejor que nos consideren ingenuos por creer en el Señor, antes que arrogantes.  Es preferible que piensen que somos tontos por no usar sus estratagemas, pero que sigamos fieles a Dios, pues a la postre, en Él tenemos la victoria para siempre.  “Nada vale la pena comparado con el invaluable bien de conocer a Jesucristo, [nuestro] Señor” (Flp. 3:8 PDT).

No hay un mejor ejemplo de “perder para ganar” que Cristo mismo. Él dejó su trono, se humilló, se despojó de sí mismo.  Siendo todopoderoso permitió que simples mortales arremetieran contra su cuerpo y que su misma alma fuese molida por nuestros pecados. Todo para ganar la victoria eterna por los que Él amó.  ¿Estamos dispuestos a perder para ganar en Cristo?

Marysol Cecilia Rodríguez Zuleta

Equipo Devocionales ICCCTG

11 comentarios en “Perder para ganar”

  1. Esa frase de que hay momentos en que es mejor callar aunque posiblemente tengamos la razón para llevar la fiesta en paz en estos momentos de efervesencia y calor político es sano poner en práctica esa postura. Y perder para ganar en Cristo es la mejor transacción

  2. Mejor que nos consideren ingenuos por creer en el Señor, antes que arrogantes. Asi es, y tambien para que tengamos paz espiritual. Muy edificante reflexion Mary.

    1. Ana Mercedes Contreras H

      Amen Mary,una palabra muy edificante. Y que podamos ponerla por obra
      Y examinar nuestros criterio
      Para que puedan alinearse
      Con la actitud que debemos asumir como discípulos de Crusto

  3. Tatiana Porto Neira

    Totalmente, aveces creemos que nuestras posturas son irrefutables, incluso las políticas y sólo Dios tiene la verdad absoluta. Dios nos de la mansedumbre de “perder para ganar”

  4. Sonia+Marcela+Neira+meza

    Señor ayudanos a reflejar tu carácter en cada situación, a ser humilde para hallar gracia delante de los que no te conocen

    Gracias Mary por compartir

  5. Dios mío ayúdame a ser como tú, dame la sabiduría para entender que no es perder y sentirme menos es vivir bajo tu palabra y agradarte a ti.
    Gracias Mary muy buen tema para estos tiempos, ayer precisamente pensé que si lo mejor era no decir nada.

  6. La palabra de Dios es absoluta e indiscutible , por tal razón debemos ser consciente que en las relaciones algunas veces debes perder para obtener una Paz que quebranta todo ego y todo tipo de violencia.

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