Preparando el Camino

En Navidad los cristianos recordamos el nacimiento de Jesús, aunque sabemos que no ocurrió en esta fecha. Sin embargo, celebramos que Jesús es Emmanuel, “Dios con Nosotros”; celebramos que Dios mismo se hizo carne para hacer posible el perdón de nuestros pecados, para reconciliarnos con el Padre y para traer sanidad a nuestros corazones heridos por causa del pecado.

En Isaías 40:1-5 el profeta declara palabra para un pueblo que había sufrido las consecuencias del pecado. El Señor anuncia que las cosas van a cambiar, envía un mensaje de esperanza y consuelo para el corazón herido de su pueblo. En los evangelios encontramos que los versículos 3 al 5 de Isaías 40 resumen la misión de Juan el Bautista, quien vino a preparar el camino para el Ministerio terrenal de Jesús: “Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios”(vs.3 RVA).

Tanto en los días de Isaías como en los días de Juan el Bautista y aún en el día de hoy, preparar el camino al Señor implica que debemos disponer nuestros corazones para recibir la sanidad que Jesús ofrece, esto es, disponer los vasos para que sean llenados.
“Rellenen los valles” (vs.4a. NTV). Los valles son lugares profundos entre dos montañas. Rellenar los valles significa sacar del fondo del corazón todo aquello que está haciendo peso y no deja avanzar. Dejar salir: resentimientos, amargura, enojo, rabia, ira y dolor por lo que nos han hecho o por lo que nos ha pasado. Seguir albergando esto en el corazón sólo nos hace daño a nosotros mismos y a las personas que están a nuestro alrededor.
“Allanen los montes y las colinas” (vs.4b NTV). Los montes y colinas son lugares altos de dominio y poderío. Allanarlos significa doblegar delante del Señor todo aquello que quiere tener el control de nuestra vida porque se está poniendo en el lugar de Dios. Identificamos aquí: orgullo, arrogancia, altivez, rebeldía, prepotencia, autosuficiencia, vanidad, desobediencia, indisciplina y otras cosas más que abren puertas al enemigo de nuestras almas.
“Enderecen las curvas” (vs.4c NTV). Una curva es una línea que se aparta de la dirección recta sin formar ángulos. Es todo aquello que no se ajusta a la Palabra de Dios. Miremos aquí áreas no sometidas al Señor: pecados ocultos, pecados consentidos que no se abandonan porque producen satisfacción, autoindulgencia, autojustificación, autoengaño. A veces somos conscientes de este tipo de cosas, otras veces no lo somos y debemos pedirle al Señor que nos lo muestre.

“Suavicen los lugares ásperos” (vs.4d NTV). Lo áspero es poco agradable al tacto, por lo tanto, esto tiene que ver con nuestro carácter, nuestra forma de actuar y requiere un cambio de actitud. ¿Qué tenemos que suavizar para parecernos más a Jesús? La Biblia menciona el fruto del Espíritu como: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Revisándolo, entenderemos lo que necesitamos suavizar.

¿Cómo prepararás el camino al Señor en esta Navidad?

Nancy Esther Rodríguez Zuleta

Equipo devocionales ICCCTG

5 comentarios en “Preparando el Camino”

  1. Siempre tenemos q estar preparando el camino al Señor,porque encontramos tropiezos,espinos,valles y montañas que tienden a qué el camino no sea recto.Constantemente el cristiano está enderezando calzada en la soledad a nuestro Dios.Bendiciones.

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