Cuando estaba en la universidad tenía un grupo de estudio con tres compañeros más. En ocasiones, si había algún espacio entre una clase y otra, buscábamos una mesa para sentarnos y hablar. En la facultad donde estudiábamos, las mesas y sillas estaban ancladas; por cada mesa, había cuatro sillas, perfecto para que todos los miembros del grupo estuviéramos juntos.

El problema surgía cuando no había mesas desocupadas, a veces había una sola persona en una mesa; eso suponía que alguno de nosotros debía quedarse de pie. Así que cualquier día dijimos “vamos a hacer presión de grupo”, si necesitábamos una mesa que ya estuviera ocupada por una persona, nos sentábamos tres del grupo a dialogar temas que sólo nos competían a nosotros. Casi al instante, la mayoría de las oportunidades, la persona se ponía de pie para irse a otro lugar dejándonos la silla disponible.
Con frecuencia en nuestra vida somos objeto de presiones, vivimos en un mundo que nos presiona en todos los aspectos de nuestra vida, en nuestra devoción, en lo económico, en lo laboral o familiar. Esas presiones suelen traducirse en opiniones de amigos o familiares que nos sugieren la forma de educar a nuestros hijos; en incurrir en gastos más allá de nuestras posibilidades en aras de mantener un estilo de vida a la “altura” de mis colegas o amigos, poniendo en aprietos la estabilidad económica del hogar; en el bullying de algunos por causa de nuestra decisión de guardarnos para el Señor o por nuestro modo de pensar Cristo céntrico; en la decisión de visitar el quirófano para poder “encajar” en los actuales estándares de belleza.
Pero ¿qué dice la Biblia frente a las presiones? La Escritura dice en Jeremías 15:19: “Que ellos se vuelvan hacia ti, pero tú no te vuelvas hacia ellos” (NVI). También dice la Biblia: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente” (Ro. 12:2 NVI).
Los líquidos y gases se caracterizan porque toman la forma del recipiente que los contiene. Cuando la Palabra nos dice que no debemos amoldarnos al mundo actual, nos invita a no tomar la forma de este mundo, a no hacer las cosas a la manera de este mundo, porque aun cuando estamos en él, pertenecemos a un reino diferente, el reino de los cielos y nos debemos al Rey de reyes, Jesucristo.
También nos exhorta la Biblia a ser agentes de cambio, es decir, en vez de convertirnos a quienes no conocen a Cristo, debemos ser nosotros quienes ejerzamos una amorosa presión, en quienes todavía no son de Cristo para que se vuelvan a Él.

Ante la presión que este mundo nos impone cada día ¿qué haremos? ¿Cederemos? o ¿seremos nosotros quienes nos revistamos de la gracia de Dios para que otros se conviertan al Señor? ¿Cuáles de las decisiones que estamos tomando hoy, son el resultado de la presión que este mundo ejerce sobre nosotros? Pidamos sabiduría y poder al Espíritu Santo para cumplir nuestra misión de ser sal y luz donde quiera que vayamos.
Tatiana Porto Neira
Equipo Devocionales Diarios ICCCTG
gracias a Dios siempre me cuesta trabajo la socializacion especialmente cuando hay “presion de grupo”
Jajajajajaja
Las palabra de Dios tambien nosdise que el que se hace amigo del mundo se constitullen en
emigo de Dios.
Que el Señor nos ayude a no ceder a las pretensiones de éste mundo.
Dios te bendiga hija.
Ceder a las presiones del mundo actual no es cosa fácil de manejar, porque muchas veces nos hemos estado envueltos en situaciones que en un abrir y cerrar de ojos estamos en el cuento.
Dios nos dé sabiduría para que no ser vencidos de lo malo. Gracias Tati por esta bonita reflexión, un abrazo.
Jajajaja me causo risa la historia como hasta le colocaron nombre a la presión de grupo.
Dios nos guard porque muchas veces por buscar agradar al mundo somos presa fácil de la presión.
Cuando siendo Cristiana te sociabilisa
Con personas q no son creyente. Hay que estar atento por q seguimos cediendo a lo que este grupo propone
Gracias Tati buena reflexión que nos
Exorta a tener cuidado que seamos firme en nuestras convicciones
Guardamos Dios para no dejarnos seguir por los modelos de este mundo, sino, ser nosotros modelos a seguir reflejando reflejando siempre tu presencia en nuestra vida.
Gracias Tati.