¿Qué tienes en casa?

Esta época de pandemia ha sido particularmente difícil en lo que concierne al sustento económico y la provisión familiar. Pensar en cómo comprar alimentos, cancelar deudas, pagar recibos, arrendamientos, etc., ha sido motivo de preocupación, desánimo y hasta desestabilización al interior de las familias, teniendo en cuenta que muchas fuentes de ingreso se han visto disminuidas e incluso cerradas.  En 2 Reyes 4:1-7 encontramos una familia que estaba viviendo una situación similar, por motivos diferentes, pero la solución que les da el profeta Eliseo es un claro ejemplo de que el Señor se interesa con detalle en nuestra economía, así como en nuestra relación con Él.

Una mujer viuda y sus hijos se hallaban en un aprieto económico porque el padre, al morir, había dejado una deuda y el acreedor, conforme a la costumbre y uso de la época, estaba a punto de tomar a dos de los hijos como esclavos hasta saldar la deuda (vs.1). El profeta tenía ahora la tarea de revelar el plan de Dios para ellos. “¿Qué tienes en casa?” pregunta a la viuda y ella responde: “¡Nada!”. Imagino a la mujer haciendo memoria y declarando de pronto: “¡Ah sí, en mi cocina tengo una vasija de aceite!” (vs.2).

Esa vasija parecía poca cosa, pero en manos del Señor lo que tengamos en casa será suficiente; lo que en su momento no se haya visto como bendición puede ser lo que Él use para glorificarse. Teniendo como punto de partida y materia prima el aceite, el profeta plantea todo un proyecto productivo de economía familiar: “Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte” (vs. 3-4 RVR1960).

“Vasijas prestadas” representa cero inversión. “No pocas” implica fe, es un asunto de creer en algo grande; “vasijas vacías” significa ninguna influencia del exterior. El cuarto de producción era la casa, el tipo de producción era manual y la mano de obra a emplear era la de ella y sus hijos, ¡era una microempresa familiar!  La producción se llevó a cabo tal y como el Señor lo indicó: “Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba el aceite. Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite” (vs. 5-6 RVR1960).

Estamos ante un milagro, el Señor tomó el único recurso de una familia y lo convirtió en un proyecto productivo que los involucraba a todos. Lo único que faltaba era la comercialización: “Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede” (vs. 7 RVR1960). ¿A quiénes iban a vender todo ese aceite? ¡Pues a los mismos que les habían prestado las vasijas! ¡En todas las casas se necesita aceite!

Todo lo que esta familia necesitó fue consultar al Señor y obedecer sus instrucciones, que fueron claras y precisas. En ese caso, la solución fue la formulación de este proyecto productivo. Creo que para cada familia los talentos, los dones, las habilidades y la sabiduría ya están en casa, Dios los ha provisto, sólo hay que presentar esos recursos al Señor y consagrarlos para Él. Sea cual sea la materia prima que tengas en tu hogar, El Padre Celestial, que siempre tiene cuidado de sus hijos, puede tomarla y convertirla en el mejor proyecto de sostenimiento económico, sólo debes escuchar y seguir su instrucción.

NANCY ESTHER RODRÍGUEZ ZULETA

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG.

20 comentarios en “¿Qué tienes en casa?”

  1. Carambas
    Que tremenda enseñanza la deeste devocional
    A veces olvidamos lo que Dios puede hacer con pequeños detalles y nos azaramos por no creerle
    Muy excelente enseñanza!!!

  2. Lo que tengas,y lo colocas en manos de Dios,puede ser la solución a tu dificultad.Para el que cree todo le es posible.Gracias,Nancy por inspiración.Bendiciones.

  3. Tenemos un Dios que da en abundancia y que de lo mínimo que tengamos en sus manos se convierte en abundancia, como el milagro de los cinco panes y los dos peces

  4. Maravillosa enseñanza. Dios es el Dios de lo imposible, el que hace mucho con muy poco, nuestro proveedor y sustentador. Danos discernimiento para comprender tu voluntad y que nunca falte la provisión en nuestro hogar. Gracias Nancy

  5. Amén. Gracias Señor porque a todos nos proveea lo necesario para nuestro sustento. Cuan grande son tus obras.
    Gracias Sra. Nancy. Bendiciones . Lastima no la pude saludar y tampoco Angela

  6. Lilia Isabel Torres Ramirez

    Muy, muy buena reflexion, que llena el alma y el corazon de esperanza, cuando confiamos en nuestro proveedor. Gracias mi querida Nanci. Dios te bendiga.

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