Mi abuela Nina era una mujer muy dulce a pesar de las experiencias duras que le tocó vivir. Enviudó muy joven con sus hijos pequeños y luego, desplazada por la violencia, llegó a una tierra desconocida a forjarse un nuevo camino donde conoció al Señor. Esto hizo posible que el pasado quedara atrás y que las cicatrices no dolieran.
Alguna vez quise ser como ella, asumir las dificultades como ella y sacarles el provecho sin dejar que me apabullaran, hasta que comprendí que esto depende de múltiples variables tales como el temperamento, el entorno, las experiencias mismas y nuestra relación con Dios. Aprendí, entonces, que no somos nosotros los que tenemos que hacer los cambios sino que el Señor nos va moldeando de modo que podamos ser instrumentos útiles en sus manos a pesar de las imperfecciones.

Nehemías fue un judío que vivía como esclavo en el Imperio Persa, servía como copero en la corte de Artajerjes, era uno de los funcionarios más cercanos al rey. Un día del mes de Quisleu (aproximadamente noviembre-diciembre de nuestro calendario) Nehemías recibió noticias de Jerusalén y de los que allí habían quedado, por boca de su pariente Hanani y de algunas personas que habían venido de allá (Neh. 1:1-2) quienes le dijeron que “El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego” (Neh. 1:3 RVR1960).
Esta triste noticia estremeció profundamente el corazón de Nehemías al punto que “Cuando [oyó] estas palabras [se sentó] y [lloró], e [hizo] duelo por algunos días, y [ayunó] y [oró] delante del Dios de los cielos” (Neh. 1:4 RVR1960). A partir de allí se comenzó a librar una batalla interior que lo impulsaba a hacer algo pero no lograba definir un curso de acción para procesar sus emociones y sacar algo positivo de ellas.
Durante cuatro meses Nehemías logró ocultar muy bien su quebranto del corazón aparentando la alegría habitual que mostraba en la presencia del rey, pero un día del mes de Nisán (aproximadamente marzo-abril de nuestro calendario) aconteció “que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón” (Neh. 2:1-2). Nehemías quedó al descubierto y ya no pudo reprimir más su aflicción.

Para procesar bien su quebranto del corazón, Nehemías había escogido el camino correcto yendo a la presencia del Señor y allí supo lo que tenía que hacer: Entendió que debía tomar parte activa en el asunto e ir a Jerusalén para colocarse al frente de la reconstrucción de los muros de la ciudad, pero exponerle la idea al rey le daba mucho miedo. Sin embargo, Dios puso todo en orden para que su propósito se cumpliera y Artajerjes permitiera el viaje de manera oficial como funcionario del imperio Persa.
No podemos evitar los quebrantos del corazón, las noticias no agradables, los momentos duros, las cosas que afligen el alma, pero sí podemos escoger cómo las procesamos, qué parte abandonamos en las manos del Señor y qué parte nos corresponde hacer a nosotros, siempre confiando en Su fuerza. Así podremos dejar las malas experiencias en el pasado, las cicatrices estarán allí pero sin dolor, miraremos hacia el futuro con esperanza y confianza en nuestro Dios.
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jeremías 29:11 RVR1960).
Nancy Esther Rodríguez Zuleta
Equipo Devocionales Diarios ICCCTG
Gracias por este mensaje de fortaleza hermana Nancy. Bendiciones.
Amén!! Un abrazo Laura, bendiciones
Amén
Bendiciones Ronald
Ayudame oh Señor a saber que parte dejo en tus manos y cual es la parte que me corresponde a mi
Gracias Nancy por esa hermosa palabra!
Amén!!! Bendiciones Carlos
Que reflexion sabia para estos tiempos , los procesos de Dios nos llevan actuar , gracias Nancy Rodriguez.
Así es Jhon, necesitamos la sabiduría del Señor para saber cómo actuar, bendiciones
Señor ayudanos a discernir que debemos hacer en medio de cada situación y que parte debemos dejar a ti. Gracias Nancy hermosa reflexión
Amén!!! Ayúdanos Señor a discernir. Bendiciones Taty
Amén a esta palabra. Dios es nuestra esperanza. Gracias Señor por ser mi verdadera paz.
Amén!!! Tú eres nuestra esperanza, Señor. Bendiciones Yuleidis
Refrescante reflexión que me motiva a dejar que Dios continúe actuando en mis
dificultades conforme a su buena voluntad.
Gracias querida Nancy. Bendiciones y saludos
Así sea Cruci, que el Señor use nuestras dificultades para su gloria. Un abrazo
Excelente reflexión Nancy.
Señor, muéstrame cómo afrontar cada situación de mi vida; solo necesito tu dirección
Amén!!! Que el Señor guíe nuestros pasos. Bendiciones Yasmin
Este tiempo de cuarentena ha Sido para mí tiempo de quebranto al escuchar tantas malas noticias, gracias a Dios su palabra es el consuelo para nuestro corazón, así como Nehemías proceso su quebranto en el silencio con el Señor
Amén!!! Gracias al Señor por enseñarnos a procesar el quebranto. Un abrazo Judy
Gracias a Dios por que en ti hay esperanza, eres tu nuestra fuerza y mejor herencia
Hermosa palabra, gracias sra Nancy
Amén!!! Gracias Señor. Un abrazo Susy
Palabra de fuerza, sazonada con sal! Gracias, hermana mía
Amén!!! Bendiciones hermani, un abrazo
Amén. Dios ayudame a entender que en cada proceso no estoy sola, solo tú puedes cambiar el rumbo de cualquier situación.
Gracias Sra. Nancy. Bendiciones
Así es Bibi, no estás sola, el Señor está contigo. Un abrazo.
Oh Señor, gracias por ser nuestro refugio en tiempos de quebranto. Gracias manita por esta palabra de aliento!!!
Amén!!! Gracias Señor por ser refugio para tus hijos. Un abrazo hermani.