Renovados

La renovación es definida como “un proceso de restauración a un estado anterior mejor o a un nuevo estado, pero superior cualitativamente a todo lo anterior. [1]  Como hijos de Dios corremos el riesgo de estancarnos en nuestra vida espiritual o desviarnos en nuestro caminar, por lo general, de manera individual, siempre hay cosas en nuestra vida que deben ser transformadas, permitiendo que el Espíritu Santo renueve nuestra mente.

Si alguien puede darnos ejemplo de lo que significa desviarse del propósito de Dios es el pueblo de Israel. Tuvo muchos reyes que hicieron lo malo delante de Dios, como Acaz rey de Judá, quien trajo dioses falsos, cerró y profanó el templo de Jehová y cercenó la adoración del corazón del pueblo judío. Pero Dios es tan fiel, que su sucesor Ezequías volvió sus ojos al Señor, condujo al pueblo a una renovación y comenzó a intentar la erradicación de la idolatría.

2 de Crónicas 29: 3-6 dice “En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Jehová, y las reparó. E hizo venir a los sacerdotes y levitas, y los reunió en la plaza oriental. Y les dijo: ¡Oídme, levitas! Santificaos ahora, y santificad la casa de Jehová el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario la inmundicia. Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová nuestro Dios; porque le dejaron, y apartaron sus rostros del tabernáculo de Jehová, y le volvieron las espaldas” (RVR1960).

Ezequías hizo cinco cosas que lo llevaron a una renovación espiritual:

1.Reconocer que algo anda mal: Ezequías se dio cuenta de la inmundicia en que vivía el pueblo y la rebeldía de su corazón. El primer paso para poder ser renovados es reconocer cuando algo no está bien en nuestras vidas y relación con Dios, negarlo no nos ayudará, preguntémonos ¿Cómo está mi relación con el Señor?

2.Arrepentirse y volverse al Señor: Tan pronto como Ezequías comenzó a reinar, abrió las puertas del templo. No basta solo con reconocer que algo anda mal, eso debe producir arrepentimiento y una nueva búsqueda del Señor, debemos tomar acciones al respecto.

3. Santificarse: Ezequías ordenó la purificación del pueblo y del templo, enfrentó la corrupción y la carnalidad en que vivían. Se demanda del cristiano que viva una vida santa, con integridad y honestidad, si queremos que nuestras vidas sean renovadas debemos apartarnos de la impureza de este mundo y dejar de diluirnos en la mezcla de lo bueno y lo malo adoptando ideas que son ajenas a la Biblia.  

4. Restaurar la adoración: La música también fue restaurada en la adoración del templo, igual que en los tiempos de David toda la congregación cantó alabanzas a Dios y le adoró. La verdadera adoración es aquella que se enfoca en el ser de Dios, implica que Dios ocupe nuestro corazón, que Él sea el centro de nuestra vida, de lo contrario seremos sólo címbalo que retiñe.

5. Restaurar la obediencia: En 2 Reyes 18: 1-7, se habla de que Ezequías se apegó a la ley de Dios. La obediencia es vital en la renovación, nos ayuda a levantar la esperanza. La Palabra de Dios siempre nos lleva a conocer cuál es esa buena, agradable y perfecta voluntad, y es la única que puede renovar nuestra mente.

Al igual que Judá muchos de nosotros también requerimos un cambio de mentalidad y corazón, así que no nos cansemos de creer y de confiar en Dios; decidamos levantarnos y permanecer en Él. 

2 de Corintios 4:16 Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día(NVI).

Mayra Quiñones Herrera

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG.

8 comentarios en “Renovados”

  1. Judith Benedetti

    Amén como dice la letra de la canción de Marcos Witt, Renuévame Señor ya no quiero ser igual, que todo lo que hay dentro de nosotros necesita ser cambiado por el trato de su palabra

  2. Marysol Cecilia Rodríguez Zuleta

    Dios nos ayude en cada momento, a no estancarnos, sino ser renovados por medio de la Palabra del Señor. Gracias May por compartir!

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