Uno de los descubrimientos de este tiempo de aislamiento en nuestra casa es que tenemos muchísimas hormigas escondidas en cualquier huequito de las paredes. Cuando pienso que las he exterminado, salen de donde menos espero. Por ejemplo, cuando mi hijo come, tiende a dejar migajas en el piso; al poco tiempo, ya hay un gran número de estas pequeñas haciendo de las suyas. Generalmente sigo la larga fila que forman para saber de dónde provienen y cuál es su escondite, a menudo veo que cada hormiga lleva un pedacito de la comida que encuentran. Ese escenario me hizo reflexionar en el proverbio que nos muestra a las hormigas como ejemplos a seguir:
“Tú, holgazán, aprende una lección de las hormigas. ¡Aprende de lo que hacen y hazte sabio! A pesar de que no tienen príncipe ni gobernador ni líder que las haga trabajar, se esfuerzan todo el verano, juntando alimento para el invierno” (Pr. 6:7-8 NTV). Con este pasaje quiero tocar un tema importante: la productividad. Este es un concepto económico que indica la relación entre lo producido y los medios empleados, tales como mano de obra, materiales, energía, etc. [1]

Ser productivo no es sólo hacer más con menos. Para nosotros los cristianos es un asunto de fidelidad y de comunión. Según Tim Challies, la productividad se define como la administración eficiente de nuestros dones, talentos, tiempo, energía y entusiasmo para el bien de otras personas y para la gloria de Dios. [2]
El ejemplo de las hormigas nos ayuda a entenderlo mejor. Primero, a pesar de que no tienen capitán, estos diminutos insectos trabajan muy organizada y, sobre todo, constantemente. El segundo aspecto relevante es la proactividad, guardan comida con tal planeación que aprovechan los tiempos de cosecha para almacenarlos y usarlos en el momento de la escasez.
La Biblia nos habla acerca de la administración de nuestro tiempo y nuestra forma de vida: Debemos ser diligentes y no perezosos (Ro. 12:11). El Señor nos manda a andar sabiamente, sobre todo por el testimonio con los de afuera, aprovechando bien el tiempo (Col. 4:5); a contar nuestros días desde la juventud, para traer sabiduría al corazón (Sal. 90:12) y no tener que arrepentirnos luego por lo que dejamos de hacer (Ec. 12:1).
Así que tenemos un llamado a vivir nuestros días de forma sabia, no insensata, honrar a Dios siendo productivos en nuestro diario vivir. El Evangelio no es para perezosos, debemos ser diligentes, tenemos mucho por hacer en el Reino, aún hay mucha mies por la que trabajar. (Mt. 9:35-38)

De hecho, los medios de gracia para nuestro crecimiento son las disciplinas espirituales: oración, estudio de la Biblia, congregarnos (aun virtualmente), ayuno, vigilias, etc. Todas estas requieren un esfuerzo organizado y constante para que podamos ser ejercitados en devoción y disfrutar de las delicias a la diestra del Señor. Nunca podremos afirmar que la pereza genera buenos frutos, sino la diligencia y la constancia.
Si invertimos en los pilares del carácter mencionados en 2 Pedro 1: amor, fe, virtud, conocimiento, paciencia, dominio propio, piedad, afecto fraternal y amor, “no [seremos] gente inútil y no [habremos] conocido en vano a nuestro Señor Jesucristo” (2 Pe. 1:8 NTV), en palabras de otra versión, estos pilares “no [nos] dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo” (RVR1960).
Esforcémonos en honrar a Dios con lo que ha colocado en nuestras manos. Aprovechemos bien nuestras horas, perseveremos en lo que traerá fruto, para que al final de toda esta vida terrenal escuchemos en los cielos: Bien hecho, buen siervo fiel.
Manuel Martelo Verbel
Equipo Devocionales Diarios ICCCTG
Dios ayudanos a ser esforzados y productivos.
Amén, señor ayudame a ser diligente y constante, gracias Dios por tu palabra.
Bendiciones
Como dice la palabra ser hacedores de lo que leemos en ella, así seremos productivos
Señor ayúdanos a ser precavidos en toda nuestra vida para glorificar te en todo tiempo
Señor necesitamos de tu ayuda para ser diligentes y productivos.
Gracias Manuel muy buena reflexión
Señor ayudanos a ser productivos y a no desmayar.
Gracias hijo
Buena reflexión, Dios te bendiga.
Amén. Llama mi atención que ahora más que nunca debemos tener disciplina para congregarnos virtualmente, Señor que mis circunstancias o comodidad no la convierta en excusa para no ser productiva. Ayudame Dios.
Gracias Manuel. Bendiciones
Definitivamente necesitamos disciplina para todo lo que querramos alcanzar. Gracias esposo muy buena reflexión