Sólo los dichos de su boca

Muchos de nosotros, madres y padres que ya somos abuelos cuyos hogares han empezado a quedar vacíos, solemos recordar esos gratos momentos que vivíamos con nuestros hijos cuando eran pequeños.  Recientemente vino a mi memoria algo que hacía mi hija menor cada vez que sentía miedo o preocupación por haber hecho cosas indebidas, por no haber cumplido con las reglas establecidas en nuestro hogar.

Se trepaba en un mueble alto ubicado justo a la entrada de la casa, de tal forma que al pasar yo por delante del mueble se lanzaba a mis brazos. Debía reaccionar tan rápido como pudiera para que no cayera al piso; mientras la sostenía junto a mi pecho, sus hermanos gritaban una y otra vez: “¡se portó mal!”.  Esto la atemorizaba aún más, de tal manera que tomaba mi rostro con sus manitos y me hablaba muy cerca para que mi atención estuviera enfocada sólo en ella y poder recibir de mi boca el perdón que traería alivio a su corazón.

Esto que sentía mi hija lo pude experimentar hace poco cuando a mi hijo mayor, quien vive conmigo, le informaron que debía hacerse la prueba del Covid-19 por segunda vez por haber tenido un contacto estrecho positivo.  Días más tarde experimenté quebrantos de salud que daban a pensar que había sido contagiada por el virus.  Quedé como mi hija, trepada en el mueble llena de miedo y preocupación.

En estos tiempos de pandemia llegan a nuestros oídos muchas noticias, personas que sufren perdidas, otras con mucho miedo, angustias, desesperación y enfermedades graves, así que en esos instantes mi mente se concentró en los gritos de la gente sin esperanza.  Pude experimentar una vez más lo frágil que soy y la necesidad de arrojarme a los brazos de mi Padre para ser fortalecida por su Palabra.

Recordé cómo el Señor me había hablado en otros tiempos de angustia en el Salmo 94, donde encontramos el clamor de David, su debilidad y la necesidad de aferrarse al rostro del Padre en momentos en los que su situación y sus pensamientos le debilitaban.  Tal como dice la Escritura fue mi sentir: “Clamé: ¡Me resbalo! Pero tu amor inagotable, oh Señor, me sostuvo” (Sal. 94:18 NTV).

Hay tiempos en que nuestros pensamientos divagan por las circunstancias que nos rodean y nos afligen, pero he experimentado que “cuando mi mente se llenó de dudas, [el] consuelo [del Señor] renovó mi esperanza y mi alegría” (Sal. 94:19 NTV).  La Palabra nos muestra la necesidad de permanecer en Dios, el mismo Jesús enseña que así como el pámpano no puede llevar frutos por sí mismo si no permanece en la vid, tampoco nosotros podemos si no permanecemos en Él (Jn. 15:4).

Son los dichos de la boca del Señor los que nos hacen vivir confiados en este mundo atribulado, sólo “la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos … [que] discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (He. 4:12 RVR1960).  Su Palabra es la única que nos devuelve la confianza, la fe y la esperanza en el Dios que todo lo puede.

La intención de Dios, desde el antiguo testamento, es invitarnos a escuchar su Palabra que da vida. “Vengan a mí con los oídos bien abiertos. Escuchen, y encontrarán vida. Haré un pacto eterno con ustedes. Les daré el amor inagotable que le prometí a David” (Is. 55:3 NTV).  En momentos de angustia, David se fortalecía en el Señor y su Palabra. Sólo el Señor tiene Palabras de vida eterna (Jn. 6:68).

¿A dónde sueles correr cuando viene la dificultad?

Sonia Marcela Neira Meza

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG

27 comentarios en “Sólo los dichos de su boca”

  1. Que la meditación de tus dichos me guíen mi vida para no pecar contra ti
    Gracias mi Sonia. El Espíritu Santo te siga inspirando. Bendiciones

  2. Marysol Rodríguez Zuleta

    Gracias Señor porque eres nuestro refugio seguro, nuestra torre fuerte. No seremos defraudados!!!! Gracias querida Sonia por compartir esta reflexión, un abrazo!

  3. Carlos Osorio Berrio

    Que refrescante devocional, ningún mejor refrigerio que las escrituras para encaminar la semana.
    Que el amor del Señor nos consuele y nos aliente en estos tiempos.
    Gracias Sonia por esa palabra

  4. Son sus palabras las que nos dan aliento para seguir en este camino, sus palabras son un soporte y lumbrera a nuestro camino. Son sus dichos que nos hacen levantarnos aún en los momentos más críticos
    Muchas gracias Sonia
    Bendiciones.

  5. Nellys Marina Rodríguez Zuleta

    Bella palabra! Gracias, Soni por recordarnos que sólo en nuestro Dios y en los dichos de su boca tenemos refugio seguro

  6. Gracias Dios por tu palabra que es viva y muy eficaz en todo tiempo. Solo pegados a Cristo tenemos cualquier solución.
    Gracias Sonia.

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