¿ Tengo al Espíritu Santo?

Tiempo previo a mi concepción mi mamá había decidido seguir a Cristo, por lo que me crie yendo a la iglesia.  Estudié mi primaria en un colegio cristiano, toda mi vida la recuerdo en lo que yo consideraba era “servir a Dios”.  Participaba en muchos ministerios, estaba en todo, “en todos los aguaceros me quería bañar”, esa era yo.

Sin embargo, en mi adolescencia y juventud, empecé a ser rebelde y a tener actitudes contrarias a la Palabra, a pesar de mi servicio y mi aprendizaje intenso en un Instituto Bíblico.  En mi corazón fueron creciendo actitudes y pensamientos que no venían de Dios, hasta que viví un desierto.  En medio de esa circunstancia, quien era mi pastor y su esposa me preguntaron: “¿Cuál es la fecha de tu Nuevo Nacimiento?”, “¿fecha?, no sé, yo siempre he sido cristiana”, respondí. Se miraron preocupados, y me sugirieron leer la historia de Nicodemo.

Nicodemo era un “principal de los judíos”, como lo describe Juan 3, lo que significa que era un gran maestro de las Escrituras.  Conocía que había de venir un Mesías, sin embargo, sus ojos aún no habían sido abiertos. A pesar de su posición admiraba a Jesús, sus milagros y prodigios (Jn. 3:2), pero solo era un simpatizante, era admiración y no conversión. 

Jesús sabía esto, por lo que dio pie a la siguiente conversación: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Jn. 3:3-6 RVR1960).

Muchas veces creemos, al igual que Nicodemo, que estamos en la verdad. Nos convencemos de que, por ir a una iglesia, estar involucrados en ministerios o tener amistades cristianas ya somos cristianos.  También creemos que repitiendo una oración de fe seremos salvos, tampoco esto es cierto.  

Para ser salvos necesitamos nacer de nuevo y esto sólo ocurre por intervención del Espíritu Santo, el cual es nuestra garantía de salvación (Ef. 1:13-14), sin Él no podemos decir que somos de Dios (Ro. 8:9).

Pero ¿cómo saber si tenemos al Espíritu de Dios? Aquí algunas evidencias:

  • Ya no somos esclavos del pecado. El que hace pecado es esclavo de él (Jn. 8:34), y aunque en ocasiones se sienta mal por ellos, no puede dejarlos, está cautivo. Pero cuando tenemos al Espíritu tenemos poder para decirle ¡no! al pecado y ¡sí! a una vida en Cristo. Nuestros deseos cambiarán, aborreceremos lo malo y amaremos el fruto del Espíritu (Gl. 5:16-18)
  • Entendemos que el Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad y que habla a nuestro espíritu (Jn. 16:7-8; Ro. 8:16; Ef. 4:30).
  • El Espíritu Santo es quien inspiró la Biblia, por lo cual tendremos sed por escudriñar la Palabra de Dios (Jn. 5:39; 2 Pe. 1:21).

Nadie nace siendo cristiano, así que sería bueno preguntarnos: ¿Cuándo nacimos de nuevo?, ¿tenemos al Espíritu Santo?, ¿seguimos a Jesús como lo hacía Nicodemo por admiración o por conversión?, ¿hemos dado lugar al Espíritu Santo para que viva con y en nosotros?  

Por último, si hay dudas sobre tener al Espíritu Santo, podemos pedirlo a Dios (Lc. 11:13).  Oremos: Dios, realmente quiero conocerte, que mis ojos sean abiertos, hazme de nuevo y pon en mí tu Espíritu Santo, te lo pido en Cristo Jesús. Amén.

Lina Zea Navarro

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG

24 comentarios en “¿ Tengo al Espíritu Santo?”

  1. Carlos Osorio Berrio

    De gran importancia es el tema que nos ha puesto en la mesa nuestra herman Lina.
    Nada más esperanzador que la seguridad de que somos sus hijos. De allí que en un acto de piadosa diligencia, examinemos nuestro fruto a la luz de las escrituras, para así dar paso a la seguridad de salvación que solo otorga la acción regenerativa del Espiritu Santo; pues es solo él quien da testimonio a nuestro espíritu de que somos sus hijos.

    Gracias Lina por compartir esta palabra!

  2. Sonia Marcela Neira meza

    Gracias señor por habernos puesto el sello del espíritu santo, la cual es la garantía de que te pertenecemos.
    Gracias Lina.
    Bendiciones

  3. Gracias Padre Celestial porque es tu Espíritu quién me da seguridad a mi espíritu que soy tu hija.
    Excelente reflexión.
    Gracias Lina. Bendiciones

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