Toma tu Cruz

Una de las estrategias de marketing que usan las empresas para generar recordación en sus clientes y público en general es el uso de símbolos. ¡Hay símbolos por todas partes! El simple hecho de verlos hará que recordemos una marca, una organización o hasta un movimiento. Basta con que veamos un teléfono en medio de una burbuja de conversación verde para que pensemos en  WhatsApp.  Ahora, ¿qué viene a nuestra mente cuando vemos una cruz?, la cruz nos recuerda de inmediato a Jesús.

En Mateo 16:24, cuando Jesús anuncia a sus discípulos acerca de su muerte les dice: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame”.  A menudo interpretamos este pasaje creyendo que la “cruz” es una carga que debemos llevar, una enfermedad, un trabajo que no queremos hacer o una relación amorosa complicada. Pero para el mundo de aquella época, la cruz significaba una sola cosa: la muerte más cruel, humillante y vergonzosa que cualquier persona podría experimentar.

Encontré en el portal Coalición por el Evangelio un artículo titulado “¿Qué era la crucifixión?” por Josué Barrios, quien, citando a otros autores dice que no solía aplicarse a ciudadanos romanos y explica cómo era aplicada esta condena:

“Esta ejecución se realizaba por la sujeción del reo desnudo a una cruz elevada, ya sea por ataduras en las manos y pies, o clavos que traspasaban las muñecas y pies. ‘Para poder respirar y aliviar parte del dolor causado por los clavos de las muñecas, la víctima tendría que poner más peso en el clavo de sus pies y empujar hacia arriba. Luego, para aliviar parte del dolor causado por el clavo de los pies, tendría que poner más peso sobre los clavos en sus muñecas y desplomarse’. Esta tortura lenta era agonizante en extremo hasta la muerte.

Como en el caso de Jesús, con frecuencia el condenado era azotado y luego obligado a llevar su cruz hasta el lugar de la ejecución (Mateo 27:26; Juan 19:1,17). Allí el condenado podía durar varios días, pero cuando era necesario acelerar la muerte del reo ya colgado, sus piernas eran quebradas como ocurrió con los ladrones crucificados junto a Jesús (Juan 19:31–33). Esto hacía que las piernas no pudiesen soportar el peso del reo y la respiración se dificultase más”. (Referencia)

Jesús sufrió la cruz, “fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él” (Is. 53:5), se hizo “por nosotros maldición, porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero” (Gál. 3:13).

Tres de los cuatro evangelistas concuerdan en decir que Simón de Cirene fue obligado a llevar la cruz de Cristo hacia el Gólgota (Mt. 27:32).  El Señor espera que nos entreguemos voluntariamente a Él.  Así que cuando Jesús les dice a sus discípulos “[quien] quiere venir en pos de mí… tome su cruz y sígame” les está invitando a dar la vida por él, a vivir para él y estar dispuestos a morir por él.

El apóstol Pablo escribió “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en ” (Gál. 2:20). ¿Estamos viviendo para Cristo? ¿estamos dispuestos a morir por Él?

Recuerda hoy la cruz de Cristo preguntándote ¿estoy tomando mi propia cruz?

Tatiana Porto Neira

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG

8 comentarios en “Toma tu Cruz”

  1. Excelente pregunta reflexiva , el recordar la cruz nos debe recordar el sacrificio de cruz por sus hijos y por ende nos conlleva a crucificar nuestras pasiones terrenales y el fruto de la carne.

  2. Que bonita reflexión. Me recuerda cuanto es el gran amor y sacrificio de Jesús por mí. Me ayuda a entender que cada dia debo morir yo para que viva Él viva en mí.

  3. si interesante este tema de toma tu Cruz en una predica del Pastor Miguel Nuñez sobre ese tema dijo algo muy cierto en palabras más Jesús les dice a sus discípulos a mi me espera una cruz para vuestra salvación pero la nuestra es para testificar acerca de la mía

  4. Nancy Esther Rodríguez Zuleta

    Hermosa reflexión. Tomar la cruz es vivir para Él y estar dispuestos a morir a lo que debamos morir. Hay que tomar la cruz.

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