Una Navidad sin excusas

Es que le conozco hace poco, prefiero a alguien que conozca más, porque es mejor malo conocido que bueno por conocer. Es que no habla tan bonito, prefiero a alguien que hable más de bendiciones y no tanto de exhortaciones. Es que me enteré de su pasado, yo prefiero andar con personas con una reputación mejor. Es que su puesto dentro de la iglesia no es tan privilegiado, por eso no le doy tanta importancia. Es que esta persona continuamente está bendecida, prosperada y en victoria, en cambio a esa siempre le pasan calamidades. Estas son algunas de las excusas que damos en nuestro corazón para amar a algunas personas más que a otras, para alegrarnos más de la bendición de unos más que de otros, olvidando quizá que Él Señor no hace acepción de personas (Hch. 10:34).

Conversando alguna vez con un pastor amigo le preguntaba “¿por qué en la iglesia mundial hay tanta división?”. Sabiamente me respondió, que era necesaria una reforma para unificar nuestra declaración de fe, pero que también era bueno ver cómo en el reino de Dios hay todo tipo de personas y una congregación local para cada personalidad. Si lo analizamos, hay hermanos que disfrutan más la alabanza, hay otros que les gusta más el tiempo de la Palabra, algunos sienten libertad en la fe para actuar de cierta manera mientras que otros prefieren abstenerse.

Sin embargo, todos los que por la gracia de Dios hayamos creído verdaderamente en Jesús podemos llamarnos hermanos genuinos. Algunos haremos unas cosas de una manera y otros de otra, pero en Cristo somos un solo cuerpo. Como Pablo le dice a los Corintios: ¿Acaso Cristo está dividido? ¿Acaso Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O fueron ustedes bautizados en el nombre de Pablo?” (1 Co. 1:13 RVC).

Lo saludable para nuestra fe es amarnos sin excepciones y demostrarlo a todos por igual, sobre todo en público. Es verdad que podemos tener más afinidad con unos que otros, pero nuestra muestra de amor debe ser sin fingimiento para toda persona (Ro. 12:9). Santiago habla claramente contra la parcialidad en el capítulo 2 de su carta diciendo:  “pero, si muestran algún favoritismo, pecan y son culpables, pues la misma ley los acusa de ser transgresores” (Stg. 2:9 NVI).

Ciertamente Jesús es la muestra más ferviente de no tener excepciones, no vino a este mundo como un REY GLORIOSO sino como un siervo con árbol genealógico que abarca todo tipo de personas, desde grandes reyes hasta una prostituta. Mostrándonos a todos que Él vino también por toda clase de individuos: personas en altos mandos, gobernantes, empresarios académicos exitosos, hijos de pastores, cantantes famosos, indigentes, personas pocos letradas, pobres y desechadas. Todos sin importar nuestra raza, nuestro estatus social, nuestros talentos, sin importar nuestra vida anterior, sin importar qué tan neófitos en la fe seamos, todos, absolutamente todos, los que hemos creído en Él y sido sellados con su Santo Espíritu, somos parte su pueblo escogido.

Animémonos a que esta Navidad le demos honra a este principio Bíblico quitando toda excusa que nos impida amarnos genuinamente como un solo cuerpo en Cristo, sin excepciones ni reparos. Como es el deseo de nuestro Señor: “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” (Jn. 17:21 RVC)”

Lina Zea Navarro

Equipo Devocionales Diarios ICCCTG

16 comentarios en “Una Navidad sin excusas”

  1. Alma Patricia Navarro Coley

    Totalmente de acuerdo oremos para que Dios nos de un corazón como el de él,que nosotris comprendamos que somos un cuerpo ….con funciones diferentes pero todos con un valor, el precio de la sangre de Cristo en la cruz

  2. Amén. Ayudame Dios a ver a todos como tú, que ningún resentimiento, haga que señale y coloque excusa para no amar al prójimo.
    Bendiciones Lina

  3. Verena Piedad Navarro Coley

    Amén Señor que no seamos solo oidores sino también hacedores de tú palabra amando a nuestros hermanos sin acepción de personas asi como tu nos haz amado

  4. Carlos Osorio Berrio

    Que poderosa exhortación, nececitamos tanto ser y amar como Cristo.
    Ayudame Señor a relacionarme con todos en esa dimensión que tu nos muestras en la palabra. Saca de mi las excusas y la acepción de personas y permiteme amar libremente en ti.

    Gracias Lina por esta tremenda palabra!!!

  5. Nancy Esther Rodríguez Zuleta

    Excelente reflexión Lina. Cada uno tiene una función diferente pero todos hacemos parte del cuerpo de Cristo, por lo tanto no debe haber excusas para aceptarnos en el mismo amor que Cristo nos ha manifestado. Bendiciones.

  6. FATIMA GALVIS JIMÉNEZ

    Es muy cierto. Aveces caemos en ese tipo de acciones equivocadas que nos llevan a mirar a algunas personas como deberíamos, que es a través de los ojos del Padre. Es necesario aprender a amar a todos como Él nos ama aún a pesar de cuán infieles somos. Gracias Lina.

  7. Que bonito es nuestro Dios, que no nos amó por lo que éramos sino que no le importo y nos dio la salvación a través de Jesús.
    Dios nos invita a amar sin fingimiento, sin acepción y Él mismo nos da ejemplo de como hacerlo.
    Gracias a Dios por su amor y misericordia para nosotros, gracias a Dios por manifestarse en las vidas de otras personas a través de nosotros, a través del amor que Él nos da para dar a otros.
    Dios quiere que nos amemos unos a otros así como Él nos ama.

Responder a Lina Zea Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *