Hay un video que se volvió viral en redes sociales acerca de una niña cuya madre está ayudando a hacer una tarea de pronunciación. La testaruda chiquilla no se deja ayudar y por ello nunca logra pronunciar bien; al final se enoja y descaradamente le dice a la mamá “¡¿viste?, lo dañaste tú!”, culpándola por su problema. A mi esposo y a mí nos genera mucha risa este video, hasta tal punto que, siempre que nos equivocamos en algo, jocosamente nos decimos el uno al otro: “¡¿viste?, lo dañaste tú!”.
Un día, entre risas y risas, recordé a Adán en el huerto del Edén justo después de la caída, cuando Dios lo cuestiona y éste responde: “La mujer que tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí” (Gn. 3:12 LBLA). ¡Qué descaro el de Adán! Culpar a la mujer por su pecado y, peor aún, culpar a Dios también. Bien pudiéramos ponerlo en estas palabras: “ella me dio el fruto y tú me la diste a ella, total, yo no soy el culpable, los culpables son ustedes dos”.

A este punto quizás dirás: “¡qué mal actuó Adán!, yo no culparía a Dios”… ¿estás seguro? La realidad es que muchas veces, en nuestro caminar por la vida, tendemos inconscientemente a culpar a otros, a las circunstancias, e incluso a Dios por los males que cargamos. Esto se hace evidente cuando no perdonamos a nuestro prójimo porque ponemos de excusa su ofensa o cuando tenemos actitudes contrarias a lo que Dios dice en su Palabra y lo justificamos con frases como “así soy yo porque así me criaron mis padres”, o “es que a mí me pasó esto y aquello en la vida y por eso actúo de esta forma”. Al fin que evadimos asumir la postura valiente y radical de decir “soy culpable porque comí del árbol, yo lo hice”, y punto.
Dios detesta la actitud altiva, en Proverbios 6:16-19 (LBLA) expresa que hay seis cosas que el Señor odia, y aún siete son abominables para él, entre las cuales están los “ojos soberbios”; Proverbios 8:13 (LBLA) dice: “abominación al Señor es todo el que es altivo de corazón”. También enseña la Biblia que “Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes” (Stg. 4:6 NVI).
Asumir una actitud de negación de nuestra culpa es meramente orgullo, esto nos hace alejar de Dios. Si bien, todos somos pecadores, sólo aquellos valientes que se animan a asumir la culpa y llegar al trono la gracia, humildes, para hallar el oportuno socorro (He. 4:16) conocerán realmente a Dios.

En este mundo, donde el pecado es motivo de orgullo, se nos quiere instruir que no hay que sentirse mal por ser o actuar de manera contraria a lo que Dios dice en su Palabra. La humanidad intenta justificarse por sus propios medios acudiendo a la ciencia, tratando de desmentir a Dios, y cuando la ciencia tampoco lo logra, acuden a algunos de los “ismos” más populares de hoy, humanismo, ateísmo, relativismo, positivismo, postmodernismo, entre otros, que enaltecen su “yo” y ocultan su culpa.
Evitemos caer en esto, hoy podemos ser librados del calabozo de la muerte, el cual es la paga de nuestro pecado (Ro. 6:23), sólo si confesamos nuestras ofensas, aquel abogado nos perdonará y justificará (1 Jn. 2:1). Ora conmigo: “Señor, he pecado contra mi prójimo y contra ti” (trata de ser específico, declara al Señor exactamente lo que hiciste mal, evitando dar excusas justificadoras), dile al Padre: “por favor lávame, límpiame, justifícame tú, y ayúdame a serte fiel; en Cristo Jesús, amén”.
Lina Zea Navarro
Equipo Devocionales Diarios ICCCTG
El que encubre sus pecados no prosperara , debemos ser humildes y reconocer cuando pecamos que el Dios de toda gracia nos ayude a no pecar contra el.
Así es Jhon
Ayudanos Señor a mirar siempre en dirección a ti, en busca de tu pronto auxilio. Gracias Lina por esa palabra que nos sirve de guía en nuestro andar diario.
Jesús el camino hacia El Padre
Que lindo es mi Cristo, cuan grande es su amor que perdona una y otra vez nuestras faltas, que maravilloso es contar con su gracia inagotable, bendito seas señor.
Bendiciones Lina
Amén
Ayudanos cada día a tener un corazón humilde, y a reconocer que necesitamos de tu instrucción.
Un abrazo lina.
Ayúdanos Señor.
Perdoname Señor y escudriña mi corazón vy todos esos pecados que tengo oculto. Me rindió a ti mi Dios.
Gracias Lina Dios te bendiga.
Me uno a tu oración Bibi, Dios te bendiga Lina un abrazo.
Que hermoso es nuestro Dios que nos da la oportunidad de arrepentirnos, mostrándonos por esta reflexión lo mal que a veces hacemos.
Señor ayúdame cada día a reconocer mi pecado,arrepentirme y alcanzar así tu perdón , que me lleva a ser humilde, más como tú.
Amén
Amado Padre perdoname y crea en mi un corazón limpio
Y renueva la firmeza de mi espíritu.
Gratificante reflexión.
Gracias querida Lina. Bendiciones
Purificanos Señor
No es fácil reconocer nuestras culpas, pero Dios quiere que con toda humildad podamos reconocer cuando hemos fallado. Dios promete manifestar su poder y santidad en nuestras vidas limpiándonos de nuestra maldad cuando actuamos así. “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”. Santiago 4:6
“3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día.
4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;
Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah
5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah
Salmos 32:3-5
Amén. Bendita Palabra
Excelente reflexión!!.” Debemos orar diariamente y pedir la ayuda del Espíritu Santo para que seamos obedientes a la Palabra y evitar caer en la trampa del enemigo: El orgullo y la soberbia”. Porque cualquiera que se enaltece,será humillado; y el que se humilla será enaltecido” Lucas14:11.)
Desde el principio fue así y…. Amén
Así es y declarar a otros el evangelio
Dios nos ayude a reconocer nuestro pecado. Gracias Lina por compartir 🙂
Amén
Que Dios nos ayude a admitir nuestros pecados , no a encubrirlos sino sacarlo a la luz !
Bendiciones linaaa
Amén
Total realidad y tristemente los hijos de Dios muchas veces hacemos culpables de nuestro pecado a otro, pero Díos que todo lo sabe quedamos desnudos frente a él
Así es Judi, y también es un escrito evangelistico
Dios nos de un corazón humilde para siempre reconocer nuestro pecado delante del Señor. Gracias Lina